Este libro estuve a punto de comprarlo en La Central del Raval, en Barcelona. Como llevaba mucha carga, al final no lo cogí. Unos días después, casualmente me lo recomendó el escritor y crítico de cine Hilario J. Rodríguez en Facebook. Me fío mucho de su criterio, así que busqué una copia. Es un libro breve, ameno, entrañable. En sus páginas Yasmina Reza incluye pequeñas piezas autobiográficas, sentimientos y anécdotas, en las que escribe sobre la familia, la literatura, la muerte y la enfermedad, su agente literaria, los recuerdos de su padre fallecido, y especialmente sobre el tiempo, el tiempo que no da tregua y nos aniquila. El título del libro alude a uno de los textos, precisamente titulado así porque a ella y a su padre les fascinaba el adagio de la Hammerklavier de Beethoven. Veamos una de las piezas más breves:
TIEMPO PASADO
Para complacerme, M. me trae una foto de nuestra infancia en la que posamos los dos en la acera del bulevar Exelmans.
Mientras contemplo a M. y a mí, diminutas figuras en el centro del decorado, veo cómo desaparecemos poco a poco absorbidos por lo que nos rodea, la forma de nuestras ropas, el cartel, el coche, el color de la foto, la luz de aquel día, todas las señales entrelazadas de la existencia y de su pérdida.
Para la inconstancia, todo son sombras.
Mi madre recorta y guarda los artículos que hablan de mí.
Sin duda, ve en ello la prueba de mi presencia en el mundo. No percibe su vacuidad futura.
Yo no sólo no guardo ninguno de ellos, sino que casi ni los leo.
¿Soberbia? ¿Desprendimiento?
No. Terror.
Terror a la insignificancia futura de esos pedazos de papel, terror a su cruel ironía, terror a la nostalgia, terror al paso del tiempo.
[Traducción de Joaquín Jordá]