[Nota: El año pasado Eva Orúe me envió unas preguntas que formaban parte de una encuesta sobre nuevas tecnologías para la revista Delibros. Parece ser que el reportaje se publicó en el número 235, correspondiente a octubre de 2009. Nunca recibí un ejemplar y me enteré tarde. Sin embargo, mi colega Mario Crespo me ha conseguido fotocopiar la página en la que aparece mi texto. Gracias a él, al menos tendré la página. Y gracias a Eva por contar conmigo. Por si acaso no salieran las respuestas completas en ese número, pues no he visto aún la página en cuestión y conozco los problemas de espacio de los periódicos y las revistas, he decidido colgarla aquí entera. Cuando se hizo, yo aún colaboraba en el diario de mi ciudad natal; por ello he preferido dejarla tal y como la respondí]
-¿En qué momento y por qué decidió tu editorial (o tu empresa de comunicación) aliarse con las nuevas tecnologías y las nuevas maneras de comunicar?
Aquí deberíamos ir por partes.
En el caso del periódico en el que colaboro (La Opinión de Zamora, perteneciente a Editorial Prensa Ibérica), aunque la edición digital lleva años en funcionamiento, no ha sido hasta hace poco que sus responsables han apostado por añadir nuevos contenidos que aportan otra dimensión al internauta: posibilidad de poner comentarios en las noticias y en las columnas por parte de los lectores; apertura de un perfil en Facebook; vídeos on line y galerías de fotos donde se promocionan eventos relacionados con la ciudad; inserción en la web de los blogs de los colaboradores del periódico. Un periódico debe adaptarse y eso es lo que ha hecho el Grupo EPI en sus cabeceras.
En el caso de la última editorial con la que he trabajado, Ya lo dijo Casimiro Parker, nació el año pasado gracias a Marcos Almendros e Isabel García-Mellado, jóvenes y poetas y por tanto conscientes, desde el inicio, de que no se puede dar la espalda a las nuevas tecnologías. La editorial, desde su nacimiento, cuenta con página web, blog y perfil en Facebook donde se cuelgan fotos, anuncios y portadas.
En mi caso, y aunque hace unos diez años abrí ya una página web, no ha sido hasta el 2005 que decidí inaugurar mi blog, Escrito en el viento. Y el año pasado asumí que eso no es suficiente: de modo que tengo perfil en Facebook, en MySpace y un canal de vídeos de promoción literaria en YouTube. Además de colaborar en el blog colectivo: El Lector Sin Prisas.
-¿Qué caminos habéis explorado y con qué resultados?
Los caminos son los expuestos en el apartado anterior.
Los resultados, por lo que yo sé, son óptimos porque los lectores se han acostumbrado a leer noticias en la red, a comentarlas o a enterarse de los libros que se publican y los eventos que se promocionan gracias a esas herramientas.
-Algunas editoriales y algunos libros no tienen eco en los medios de comunicación de siempre. ¿Es ésta de la que hablamos una forma de saltarse la disciplina de los medios tradicionales?
Yo diría que son “la mayoría de las editoriales y de los libros” los que no aparecen en los medios de comunicación. De hecho, sólo mencionan unas pocas editoriales en los medios habituales. El resto permanecen marginadas. Un caso notable sería el de Baile del Sol, editorial canaria con una amplia trayectoria y que lleva años apostando por lo que pocos apuestan en España: la poesía y la literatura de los autores españoles, donde caben desde marginales hasta nuevas voces y autores con una trayectoria ya firme, como es el caso de David González, Patxi Irurzun o Vicente Muñoz Álvarez. Pero nunca aparece en los medios nacionales, aunque sí en algunos locales.
Por eso, dichas herramientas son la forma más adecuada para encontrar un hueco en el mercado. Para que los posibles lectores vean que hay vida más allá de los suplementos culturales.
-¿Son las nuevas fórmulas más adecuadas para los libros y las editoriales más comerciales?
Los libros y las editoriales más comerciales no necesitan más de lo que consiguen.
Creo que estas herramientas sirven mejor a los intereses de quienes quedan marginados. Es una manera de encontrar un hueco para acceder al sistema.
-¿Qué es mejor en la “nueva promoción”? ¿Qué es peor?
Lo mejor: que la gente se entera de la existencia de otros autores.
Lo peor: que hay quienes piensan todavía que, a pesar de todo, lo importante es lo que reseñan en los suplementos culturales de papel, y por tanto, es lo que deben comprar.
-Los periodistas culturales ¿han dejado de ser prescriptores adecuados?
No sé si son adecuados, pero no han dejado de ser prescriptores. La respuesta está en el apartado anterior. Las nuevas tecnologías sirven para dar publicidad, para que la gente se informe y sepa que existen otros libros, pero los libros que funcionan de verdad siguen siendo los que se anuncian en los diarios y los que aparecen en el canon de los críticos.
-¿Trabajáis con las redes sociales? ¿Con cuál(es) y por qué esa(s) y no otra(s)?
Con las apuntadas al principio: Facebook y MySpace. En principio, porque esas parecen las más adecuadas o quizá sean las más punteras. Quizá deberíamos probar con Twitter.
-Los foros especializados (novela histórica, novela romántica, ciencia ficción…), ¿son un buen instrumento? Algunos aceptan sortear libros entre sus foreros, otros no… ¿Están claras las normas y los límites? ¿Hasta qué punto son eficaces?
No estoy muy al corriente de esto, no sigo los foros especializados.
-Los blogs de autores y editores, ¿dan resultado?
Creo que sí, al menos sirven de plataforma para colgar portadas, prólogos en pdf, anuncios de presentaciones, fragmentos de los libros y links a otra información complementaria del libro. Pero aún les queda mucho recorrido. De hecho, parece que hay un declive de los blogs en favor de las redes sociales. Un ejemplo: se entera más gente si pongo el anuncio de la presentación de mi libro en Facebook que si lo pongo en Blogger. Los internautas, ahora mismo, están más pendientes de estas redes sociales que de los blogs. Mañana, quién sabe…
-¿Qué aporta un vídeo promocional a la promoción de un libro?
Lo que pretende: publicidad, promocionar el producto. Es más accesible, cómodo y entretenido ver un vídeo de dos minutos que leerse una parrafada.
-Cualquier otra cosa que quieras añadir…
Gracias.