Si, en la ya comentada La maleta, Dovlátov se servía de cada objeto o prenda para contar la historia que había detrás de cada uno, en El compromiso serán sus breves y sus notas redactadas para un periódico estonio. Tras cada breve hay toda una serie de personajes, anécdotas, borracheras de vodka, críticas a la ideología del partido.
Nos fascina Dovlátov porque va al grano, es implacable y es dueño de un sarcasmo que brilla, especialmente, en sus conversaciones con su redactor jefe; éste último se siente cansado en cuanto habla con él, a pesar de reconocer su talento, dada la rebeldía y el inconformismo y las constantes bromas del escritor. Dovlátov vive situaciones absurdas en cuanto recibe encargos de sus superiores; todo está al servicio de la ideología, y él a menudo se salta las normas a la torera. Os dejo con un pequeño fragmento del libro:
Mis artículos provocaban numerosas reacciones. A veces en forma de amenaza. Esto incluso me satisfacía: el odio significa que el periódico aún es capaz de levantar pasiones.