domingo, febrero 28, 2010
Al límite (Edge of Darkness)
sábado, febrero 27, 2010
El Jardín de los Suplicios, de Octave Mirbeau (El Olivo Azul)
Al pie de una de aquellas horcas, florida como una columna de terraza, un verdugo, sentado con su caja de herramientas entre las piernas, limpiaba delicados instrumentos de acero con trapos de seda; tenía la túnica llena de salpicaduras de sangre; sus manos parecían enguantadas de rojo. A su alrededor, como alrededor de una carroña, zumbaban y se arremolinaban enjambres de moscas… Pero en ese ambiente de flores y de perfumes eso no resultaba repugnante ni terrible. Parecía que hubiese caído sobre su túnica una lluvia de pétalos de un membrillo cercano… Por lo demás, tenía un vientre pacífico y bonachón… Su rostro, distendido, expresaba sencillez, incluso buen humor, el buen humor de un cirujano que acaba de realizar con éxito una operación difícil… Cuando pasamos junto a él, levantó los ojos hacia nosotros y nos saludó cortésmente.
Clara le dirigió la palabra en inglés.
-Es realmente una pena que no hayan venido una hora antes… –dijo el buen hombre–. Hubieran visto algo muy hermoso… y que no se ve todos los días… ¡Un trabajo extraordinario, milady!... Volví a armar a un hombre de los pies a la cabeza, después de quitarle toda la piel… ¡Era tan desproporcionado!... ¡Ja, ja, ja!...
[Traducción de Carlos Cámara y Miguel Ángel Frontán]
viernes, febrero 26, 2010
Yo maldigo el río del tiempo, de Per Petterson
La prosa de este libro y el modo en que el narrador, mediante saltos hacia adelante y hacia atrás, va sumergiéndote despacio en la historia, con cierto poder hipnótico en su narrativa, me recordó un poco, tal vez, a la Desgracia de J. M. Coetzee. El magnífico título proviene de un poema de Mao. Sé que ahora existe una moda española por los autores escandinavos, pero os aseguro que Per Petterson, galardonado con varios premios, es otro asunto. Incluso Richard Ford habla maravillas de su obra. Un fragmento:
Al contarme uno de mis hermanos que mi madre se había marchado a Dinamarca en cuanto supo que estaba enferma, y que no habían tenido tiempo de verla antes de que se fuera, para hablar en serio con ella, o para decirle las palabras de consuelo que creían que le debían, tomé una rápida decisión e hice una rápida llamada telefónica y, justo dos días después de que ella subiera a tierra, fui yo quien llegó a aquella ciudad de la costa norte de Jutlandia, a primera hora de la mañana, a bordo del viejo e injustamente denostado Holger el Danés.
[Traducción de Cristina Gómez Baggethun]
John Landis rueda
Carne para Frankenstein
Gonzo en dvd
jueves, febrero 25, 2010
Mañana: Mendel en Madrid
Ingrid
Tras su ruptura matrimonial, Àlex se instala en su nueva casa. Allí conoce a Ingrid, una artista de veintitrés años bastante excéntrica que, a partir de ahora, será su vecina. Conciertos, performances, fiestas y exposiciones son habituales en aquella casa donde impera una fascinante atmósfera de libertad creativa.
Muy pronto entre Ingrid y Àlex se establecerá una amistad peculiar y llena de complicidad, aunque poco a poco él irá descubriendo que, tras el apasionante mundo de Ingrid, se ocultan misterios imprevisibles.
La película fue presentada en el Festival de Sitges y estrenada en cines y en internet mediante prepago. Tengo ganas de verla. Más información: aquí. Y en su web oficial.
Próximamente: Howl
Otro cartel de The Ghost Writer
Aviso importante
Ático de los Libros
miércoles, febrero 24, 2010
Bilbao-New York-Bilbao, de Kirmen Uribe
Le expliqué a Fiona el proyecto de la novela. La idea había tomado cuerpo, y al final se estructuraría en torno a un vuelo entre Bilbao y New York. El reto consistía en hablar de tres generaciones distintas de una familia, sin volver a la novela del siglo XIX. Expondría el proyecto de escritura de la novela, y fragmentariamente, muy fragmentariamente, historias de esas tres generaciones.
*
No quería construir personajes de ficción. Quería hablar de gente real.
*
El verano pasado leí en la prensa una entrevista que le hicieron a la actriz Meryl Streep. Vino al festival de cine de San Sebastián y los de la prensa le plantearon la siguiente cuestión.
¿Cuál sería la mejor pregunta que podríamos hacerle y cuál su respuesta? Meryl Streep respondió lo siguiente sin pensárselo dos veces: “¿Hoy en día sirve para algo la ficción?” Ésa era la pregunta que le importaba. Y su respuesta fue ésta: “Si cuenta cosas verdaderas, sí”.
[Traducción de Ana Arregi]
Próximamente: El paseo de Rostock a Siracusa
Culturamas
Montaña rusa
martes, febrero 23, 2010
Es Pop Ediciones: Nueva Colección de Narrativa
(...)
Las portadas y la idea, desde luego, son flipantes.
Fuck America, de Edgar Hilsenrath
Volví caminando bajo la lluvia hasta la Segunda Avenida. Bronsky, me dije, no pesa ciento setenta libras, como tenía apuntado en su álbum el agente matrimonial. Pesa cien más. Yo diría que unas doscientas setenta. Y la foto que te enseñó el agente matrimonial debía ser de su época juvenil, un viejo truco. Tampoco tiene treinta y ocho, tiene cuarenta y ocho por lo menos. Y no aparenta diez años menos que yo. Y quiere ir a un restaurante de renombre. Y quiere ir en taxi. Y seguro que más tarde querrá ir a un nightclub porque hoy es sábado o porque aún es pronto para volver a casa un sábado. ¡Joder, Bronsky! ¡En qué lío te has metido! Y tampoco puedes follártela esta noche, porque vive con sus padres. Y porque se negará a ir a tu habitación. Y seguro que tampoco querrá ir a un hotel. Ya conoces a estas tías. Además, se te ha bajado el empalme. Se te ha puesto blanda y flácida nada más verla. ¡Bronsky! Sé inteligente y date el piro.
[Traducción de Iván de los Ríos]
Jesucristo Superstar
lunes, febrero 22, 2010
Bienvenido al mundo (Enciclopedia Universal Clismón), de Miguel Brieva
GENEROSIDAD, desprendimiento de lo propio a favor de lo ajeno.
Menos da una piedra, suele decirse comúnmente, y con tal desatino, por cierto, que resulta increíble que una expresión tan errada e injusta pueda gozar de un uso tan extendido. Porque, pensemos en ello, nadie tendrá inconveniente en admitir que pocas cosas hay en este mundo más generosas que una piedra. La piedra, sencillamente, se nos entrega ella misma, permanece inerte en nuestras manos y tolera sin queja alguna que la lancemos por el aire en una parábola oblicua que la haga rebotar sobre la superficie del lago tres o cuatro veces antes de hundirse bajo las aguas para, quién sabe, permanecer en ese nuevo emplazamiento, tal vez contra su voluntad, los próximos 2.000 millones de años. ¿Alguien escuchó acaso alguna vez a una piedra polemizar por el trato recibido, emitir una vocecilla desde su interior y decir: Disculpe, señor, pero ¿podría volver y depositarme exactamente allí donde me encontró? Por supuesto que no. El secreto de la piedra, su más admirable don, es su habilidad para no hacer nunca nada, para no aspirar a nada, y es por ello fuente inagotable de disponibilidad y tolerancia. Menos da una piedra… no, amigos; las piedras tal vez no den mucho, pero dan todo lo que tienen y lo que son. A ver quién supera eso.
La guerra de las galaxias
domingo, febrero 21, 2010
Las noches pasan
Y conozco el desgaste de las mañanas sin esperanza
El cuerpo que se fatiga, los amigos que se distancian.
Y la vida que recoge una a una sus cartas.
Caeré un día, y por mi propia mano:
Se cansó de luchar, dirán los médicos.
Michel Houellebecq, Renacimiento