sábado, febrero 27, 2010

El Jardín de los Suplicios, de Octave Mirbeau (El Olivo Azul)



Hace un mes recomendamos esta novela hardcore de Octave Mirbeau, plena de atrocidades, escabrosa e impactante. Dicha versión salió en Impedimenta al mismo tiempo que en El Olivo Azul, pero con otra traducción. Lo que voy a hacer es colgar exactamente el mismo pasaje que transcribí la otra vez, para que el lector decida con cuál quedarse:

Al pie de una de aquellas horcas, florida como una columna de terraza, un verdugo, sentado con su caja de herramientas entre las piernas, limpiaba delicados instrumentos de acero con trapos de seda; tenía la túnica llena de salpicaduras de sangre; sus manos parecían enguantadas de rojo. A su alrededor, como alrededor de una carroña, zumbaban y se arremolinaban enjambres de moscas… Pero en ese ambiente de flores y de perfumes eso no resultaba repugnante ni terrible. Parecía que hubiese caído sobre su túnica una lluvia de pétalos de un membrillo cercano… Por lo demás, tenía un vientre pacífico y bonachón… Su rostro, distendido, expresaba sencillez, incluso buen humor, el buen humor de un cirujano que acaba de realizar con éxito una operación difícil… Cuando pasamos junto a él, levantó los ojos hacia nosotros y nos saludó cortésmente.
Clara le dirigió la palabra en inglés.
-Es realmente una pena que no hayan venido una hora antes… –dijo el buen hombre–. Hubieran visto algo muy hermoso… y que no se ve todos los días… ¡Un trabajo extraordinario, milady!... Volví a armar a un hombre de los pies a la cabeza, después de quitarle toda la piel… ¡Era tan desproporcionado!... ¡Ja, ja, ja!...


[Traducción de Carlos Cámara y Miguel Ángel Frontán]