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lunes, septiembre 01, 2025

Extinción, de Thomas Bernhard

 

La muerte no debe corregir en modo alguno la imagen que tenemos de alguien.

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Para hacer algo comprensible, tenemos que exagerar, le había dicho, sólo la exageración hace las cosas evidentes, y tampoco el peligro de que nos consideren locos nos molesta ya a una edad avanzada.

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Todas esas gentes odian lo que yo quiero, desprecian lo que aprecio, les gusta lo que no me gusta.

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Me considero capacitado y competente para escribir lo que me parezca digno de ser escrito, porque es importante para mí y, por añadidura, me causa un gran placer, según pienso.

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El mejor método para liberarse de la obra de un escritor que, en el sentido que sea, no nos deja en paz, ya sea porque se la tiene en la más alta estima, ya sea porque se la aborrece, es conocer a su creador.

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Otra vez tengo algo en la cabeza.
Extinción se llamará probablemente, pensé, con ello trataré de extinguir todo lo que se me ocurra, todo lo que escriba en esa Extinción quedará extinguido, me dije. Me gustaba ese título, de ese título se desprendía para mí una gran fascinación. Cómo se me ocurrió, no lo sé ya. Creo que es de Maria, que al fin y al cabo me llamó también una vez extintor. Que soy un extintor, afirmó. Y que lo que llevo al papel es lo extinguido. En Roma intentaré escribir esa Extinción, pero me exigirá un año y no sé si tendré fuerzas para mantenerme dispuesto un año solo para esa Extinción, pensé. Para concentrarme en ella. Escribiré esa Extinción y, una y otra vez, discutiré con Gambetti lo que se refiera a esa Extinción, y con Spadolini y Zacchi y naturalmente con Maria, pensé, sin que sepan que tengo esa Extinción en la cabeza, debatiré con ellos todo lo que se refiera a esa Extinción.



[Alfaguara. Traducción de Miguel Sáenz]

Un resplandor en la oscuridad, de Varios Autores

Me costó conseguir un ejemplar porque la distribución no es muy allá. Ha merecido la pena: salvo un relato, el de Edgar Allan Poe, los demás sólo pueden leerse (si no me equivoco) en esta compilación con la que se celebran 20 años de una web dedicada a la obra de Stephen King. Aunque en conjunto no dan miedo, todas las historias son inquietantes y en ellas predomina la calidad, con autores del calibre de O'Nan, Ketchum, Barker, Chizmar, Campbell, Lindqvist o el propio King, que cedió su relato "El compresor de aire azul". Y ofrecen temáticas para todos los gustos: la adopción de identidades en las redes, las casas del terror de las ferias y los trenes de la bruja, la enfermedad, las mutaciones o los juegos de rol que se van de las manos cuando se mezclan con el mundo de Lovecraft.



[Dimensiones Ocultas. Traducción de Javier Martos] 

viernes, agosto 08, 2025

Autorruta del sur, de Julio Valdeón

 

Conocí a Julio hace un montón de años. Nos vimos algunas veces y luego él se fue a Estados Unidos y por fin nos hemos reencontrado a su regreso a España. Y vuelve con un libro donde demuestra sus dotes para mezclar narrativa, crónica y autobiografía. En estas páginas relata el viaje que hizo con su mujer por el sur de USA en pos de los lugares míticos donde grandes estrellas de la música grabaron sus discos. Incluye algunos pasajes sobre su pasado y su familia, sobre sus vivencias en el Bronx y Harlem, sobre lo que ha aprendido en aquel país, sobre su paso por sitios legendarios... Una escritura visceral para un libro que, sobre todo, supone un espléndido homenaje a la música.



[Efe Eme Editorial]

Tiburón, de Peter Benchley

 

Varias veces estuve a punto de comprar alguna edición viejuna y manoseada de Tiburón. Hice bien en esperar a una reedición en condiciones. Porque la de Planeta contiene una garantía: la nueva traducción es de Javier Calvo. En una entrevista comentaba que la novela le había sorprendido y que su traducción era la primera seria y bien hecha. También me ha sorprendido a mí. Le veo paralelismos con algunos libros de Stephen King (Peter Benchley fue primero, claro): retrato de una comunidad cerrada y pequeña, tensiones entre los personajes y el acecho de una amenaza terrorífica que nadie comprende. Es esa clase de narración: adictiva, entretenida, muy veraniega, como deberían ser las novelas de terror y de género negro.


La obra maestra de Spielberg (una de mis películas de cabecera) fue una adaptación muy fiel. Aunque hay diferencias: en la novela la mujer de Brody le es infiel con Hooper, el destino de uno de los protagonistas cambia radicalmente y se habla de las relaciones del alcalde con la mafia. La película incorporó alguna joya que no estaba en el libro: el monólogo del asedio al Indianapolis y la frase mítica "Necesitará un barco más grande" (y alguna secuencia más). Y el final de Quint está más próximo, en las páginas de Benchley, al Ahab de Melville. La edición especial contiene jugoso material extra. Novelón.



[Editorial Planeta. Traducción de Javier Calvo]

Un mundo que agoniza, de Miguel Delibes

 

No os perdáis la reedición de este libro de Miguel Delibes: se trata de su discurso de ingreso en la Real Academia Española. Aunque lo escribió en los 70, su vigencia es absoluta: parece escrito ayer mismo. En sus páginas Delibes alertaba ya de la destrucción de la naturaleza y del agotamiento del planeta. Me pregunto por qué no es lectura obligatoria (o al menos recomendada) en los institutos. Esta edición, que compré en la Feria del Libro de Madrid, es para enmarcar. 100 páginas de músculo.

 

[Editorial Páramo]

sábado, julio 12, 2025

Fuera de combate, de Raúl Núñez

 

Para mí es un acontecimiento que podamos degustar una novela inédita del gran Raúl Núñez (1946 - 1996): un texto que llevaba años en un cajón y que por fin han publicado en Efe Eme. Núñez, oriundo de Buenos Aires y fallecido en Valencia, es más conocido por los libros que le sacaron en Anagrama y que, entre otros, ya están reeditando. Yo lo leí gracias a David González y Vicente Muñoz Álvarez, custodios del saber marginal, y a quienes debo tantas lecturas y recomendaciones.
 

Fuera de combate es una novela coral que aglutina todas las señas de identidad de sus obras: un estilo seco, casi telegráfico, deudor del noir, y unos cuantos perdedores al filo de la navaja (prostitutas, polis corruptos, travestis, camareros, yonquis, alcohólicos...). En esta historia llena de ramificaciones no falta el humor, a veces corrosivo, como en el retrato de personajes del calibre de El Plateadito o El Hombre Inverso. A mí me divierte mucho su estilo, y por eso tengo en casa toda su obra: las novelas, la poesía recopilada y los artículos de Turia. Me alegra mucho este rescate.



[Efe Eme Editorial]

Días sombríos, de Gene Kerrigan

 

Si ahora mismo queréis (o necesitáis) una novela negra actual, repleta de ritmo, diálogos ágiles y fulanos peligrosos, Días sombríos es vuestro libro. Si conocéis el resto de la producción de Gene Kerrigan (toda en Sajalín), ya sabréis cómo se las gasta el autor irlandés. La trama comienza cuando Danny Callaghan, un tipo que acaba de comerse varios años a la sombra, impide el asesinato de un fulano en un pub. Sin saberlo, ha reventado los planes de uno de los mafiosos de Dublín... y ahora está en deuda con ellos. Me gustan mucho esas historias de individuos que no quieren volver a delinquir pero se ven obligados por las circunstancias (de hecho Carlito's Way aka Atrapado por su pasado es una de mis películas favoritas). Un fragmento:

Cuando un hombre con un casco de moto negro entró en el pub, Danny Callaghan se bajó del taburete, miró a su alrededor en busca de alguna cosa que le sirviese de arma y agarró lo único que tenía a mano, el vaso medio vacío de cerveza.
A un par de metros de la puerta, el sicario se paró. El casco le ocultaba la mayor parte de la cara. Solo se le veían los ojos, que fueron recorriendo las mesas. A un lado, en la mano derecha, sostenía despreocupadamente un revólver. Tras él entró un segundo hombre con un casco idéntico. Este sujetaba una escopeta de cañones recortados. Ambos vestían sendos monos azul oscuro.
La mayoría de los clientes ocupaban las mesas y reservados que rodeaban la barra del pub, donde permanecían de pie o sentados media docena de parroquianos.
El sicario identificó el objetivo y avanzó hacia él.




[Sajalín Editores. Traducción de Ana Crespo]


viernes, junio 27, 2025

León, de Sonya Walger

 

Este libro me ha parecido alucinante. Al parecer la autora, que también es actriz, salía en Perdidos, pero no la conocía porque no he visto la serie. Aquí cuenta la historia real de su padre, Leónidas Walger, un argentino que casi nunca estaba en casa... de tal manera que ella aprendió a vivir con su ausencia y echándole siempre de menos.

Sonya Walger, en vez de empezar con el tema del patriarcado y la masculinidad tóxica, cambia las reglas: nos habla de lo mucho que siempre le echó de menos y cómo lo admiraba pese a sus errores. Está escrito en un estilo de frases cortas, rompedoras, muy americanas. Con numerosos capítulos cortos y una prosa que mezcla dolor, júbilo, sabiduría, emociones y nostalgia por aquel hombre al mismo tiempo admirable y censurable (un personaje digno de novela, a quien le gustaban las drogas, el paracaidismo, las carreras, la vida al filo de la navaja...). 



[Muñeca Infinita. Traducción de Esther Cruz Santaella]

miércoles, junio 11, 2025

Diálogos sobre la fe, de Martin Scorsese y Antonio Spadaro

 

Mi proyecto de fin de carrera giró en torno a las obsesiones de Martin Scorsese en su cine. Desde entonces procuro no perderme los libros que haya escrito él ni aquellos en los que le entrevisten. Éste acaba de salir y no penséis que, por su título, sólo habla de religión (aunque sea el eje central porque parte de su película Silencio). El teólogo italiano Antonio Spadaro se entrevistó con Scorsese a lo largo de los años. Esas charlas se recogen ahora en un libro breve en el que el director habla de las calles de su juventud, de sus películas, de algunas lecturas que fueron importantes para él, del covid y la ansiedad que sufrió en los primeros días... Y concluye con un esbozo de guión en torno a la película que hubiera querido hacer sobre Jesucristo (nada que ver con la que, en teoría, rodará pronto y se basa en un libro de Shûsaku Endô). Unos fragmentos:


No lo sé, pero, ahora mismo, la violencia está ahí. Es algo a lo que nos entregamos. Es importante mostrar eso para que nadie cometa el error de pensar que la violencia la hacen otros, que es una cosa de las “personas violentas” y que “yo jamás podría hacer algo así, qué va”. Pero lo cierto es que sí, podrías. No se puede negar. De ahí que haya personas que se asombran de su propia violencia o incluso que se excitan con ella. Es una auténtica forma de expresión (en circunstancias desesperadas) y, desde luego, no tiene gracia. Hay quienes dicen que Uno de los nuestros es una película graciosa. Las personas son graciosas; la violencia, no. Mucha gente no comprende la violencia porque viene de culturas o, mejor dicho, de subculturas que están muy alejadas de ella. Pero yo me crie en un lugar donde formaba parte de la vida y donde la tuve muy cerca. 

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En el cine, cuando montas una imagen junto a otra, haces que en la mente se forme una tercera completamente diferente: una sensación, una impresión, una idea. Por eso, pienso que el entorno que creas es una cosa (y eso depende de la fotografía), pero la unión y la sucesión de imágenes es lo que te atrapa de la película y lo que te interpela. Esto último es cosa del montaje, y es la acción de la propia creación cinematográfica.



[Espasa. Traducciones de Juan Vicente Boo y Albino Santos Mosquera]


Marimonda, de Mario Escobar Velásquez

 

Estamos ante un clásico rescatado, una novela del colombiano Mario Escobar Velásquez (1928 - 2007) cuya prosa es una auténtica virguería. Os puede recordar un poco a Juan José Saer, incluso en algunos juegos de palabras a Tirano Banderas. Cuenta la historia de un mono que se escapa de su cautiverio y aprende a desenvolverse mejor en la jungla porque ha aprendido algunos trucos observando a los hombres. A unos metros, el avance de la civilización, que se llevará la naturaleza por delante y acorralará a los marimondas. Hay un marcado contraste entre esos animales que tratan de sobrevivir en libertad y esos hombres que les van comiendo terreno. Puede que un lector alce la ceja al saber que es la historia de unos monos araña, pero lo importante es cómo lo cuenta Escobar: la prosa que utiliza, los giros, esa espesura en el lenguaje que a veces se parece a la frondosidad de la jungla. Una rareza magnífica. 



[Muñeca Infinita]

jueves, junio 05, 2025

Agnès Varda, de Carlos Tejeda

 

Impresionante, el trabajo que ha afrontado Carlos Tejeda durante años para acercarnos a la obra de Agnès Varda, una cineasta tan vanguardista como escurridiza. Reconozco que he visto poco de su filmografía: sus películas siempre han estado como escondidas, con estrenos minoritarios y pasos fugaces por las carteleras... Pero da igual: Carlos lo cuenta de tal manera que no es imprescindible haberlas visto. 

Durante el primer tercio del libro Tejeda rastrea los vínculos literarios que podemos encontrar en la obra de Varda. Los dos tercios restantes analiza los cortos, las series, las películas y los documentales de su filmografía. Una de las sorpresas es la cantidad de fragmentos que introduce, aquí y allá, de las memorias de Varda: es una sorpresa porque están inéditas en España y así podemos acercarnos a su pensamiento, a sus motivaciones, a ideas sobre su cine y detalles sobre su vida. Una obra ineludible para fans de la directora y para quienes quieran adentrarse en su particular mundo. Y, según dicen, marca el cierre definitivo de la colección. Primeras páginas: aquí.


[Cátedra]

martes, junio 03, 2025

Lo efímero, de Mario Crespo

 

Lo nuevo de Mario Crespo (su regreso a los relatos, en los que en seguida se percibe su habilidad narrativa: 3 historias tituladas "Ruta 23", "Happy Friday" y "Ucrania", además de un epílogo, "Cuento sin fin") acaba de salir en Las Quince Letras, una editorial digital cuyos libros se leen en la propia web, lo que permite que, en vez de leerte un pdf, la lectura sea muy diferente: juegan con los tipos de letra, añaden imágenes e ilustraciones y las notas al pie consisten en hipervínculos. Para acceder a la web, que permite leer las primeras páginas, pinchad aquí.  



lunes, mayo 26, 2025

Desgarrado, de Chloe Aridjis

 

Al igual que, años después, haría en El nivel de aire, Chloe Aridjis se adentra en el territorio de los museos, y el resultado es una novela tan misteriosa como interesante.
En sus páginas se nos cuentan las rutinas y las reflexiones de una guardia de seguridad de la National Gallery de Londres. Que empieza a obsesionarse con las grietas de los cuadros y las cuchilladas de quienes atentan contra las pinturas. Y eso la lleva, inevitablemente, a pensar en el tiempo y sus estragos y en el deterioro de las relaciones humanas y en aquella sufragista que atacó un cuadro de Velázquez en 1914.



[Fondo de Cultura Económica. Traducción de Julio Paredes]


Obra completa, de Andrea Dunbar

 

Esta Obra completa es un pelotazo. Diré lo mismo que el prologuista: de chaval yo también vi en el cine una peli inglesa titulada Rita, Sue y también Bob, que era soez, cómica e inmoral, y la había dirigido el polémico Alan Clarke. No supe entonces, o no me fijé, que estaba inspirada en una obra teatral (y temprana) de Andrea Dunbar.

En la Editorial Barrett encontraron un documental sobre la autora y decidieron rescatar su brevísima bibliografía, compuesta por 3 obras de teatro alucinantes (The Arbor, Rita, Sue and Bob Too y Shirley) que reflejan ese mundo anglosajón de los 80 de clase obrera: padres violentos y alcohólicos, maridos que son infieles liándose con menores, hijos que atizan a sus progenitores, madres hartas de ser golpeadas, muchachas que ya fuman y beben y no parecen tener muchos objetivos en la vida... Andrea Dunbar escribió el primero de esos textos a los 15 años y murió joven, con 29.



[Editorial Barrett. Traducción de Ce Santiago]


viernes, mayo 16, 2025

Pesadillas y alucinaciones, de Stephen King

 

Éste es uno de los libros de Stephen King que no pude comprar en su momento y luego conseguí de segunda mano una edición de Círculo de Lectores a la que le faltaba la camisa.
De sus libros de relatos quizá sea éste el más infravalorado. Puede que no esté a la altura de El umbral de la noche, pero tiene relatos loquísimos y homenajes a Chandler, Conan Doyle, Lovecraft... Historias sobre dedos cortados que cobran vida, diluvios de sapos, escritores que visitan a sus personajes, un caso resuelto por Watson... y hay zombies, vampiros, misterios, fantasmas, gángsters, detectives  monstruos, hombres planeando venganzas, pueblos llenos de muertos famosos... Eso sí, hay que tomarlo con calma y alternarlo con otras lecturas porque tiene unas 860 páginas.



[Círculo de Lectores. Traducción de Bettina Blanch Tyroller]

jueves, mayo 08, 2025

No hay épocas tan malas, de Andre Dubus

 

Gallo Nero continúa publicando libros de relatos del gran Andre Dubus, lo que significa que a muchos sigue haciéndonos felices. Aquí se reúnen 8 cuentos (el primero es prácticamente una novela corta) precedidos por una cita de Santo Tomás Moro de la que extrajo el título para la compilación: "No hay épocas tan malas como para que un hombre bueno no pueda vivir en ellas". Historias de tipos perturbados, de chicas que se equivocaron al elegir marido, de padres que necesitan emborracharse para afrontar la despedida del hijo que abandona el nido, de parejas que atracan para gastar y sin tener plan de futuro... Relatos de un nivel muy alto. Así empieza el primero de la colección, “La chica bonita”:

Hasta que no empuño el hierro no soy persona. Siempre ha sido igual: a veces estoy resfriado o tengo uno de esos días en los que todo se hace cuesta arriba porque te sientes cansado sin ningún motivo, salvo el hecho de vivir, y entonces me pongo a entrenar, y para cuando me meto bajo la ducha ya no me acuerdo de cómo me sentía antes de agarrar las pesas; como si todo lo demás hubiera ocurrido ayer y ahora empezase un  nuevo día. O cuando tengo resaca: algunos de mis amigos, y también mi hermano, son de beber hasta que se les pasa, pero yo nunca lo he hecho ni lo haré, porque beber por la mañana te hipoteca el día entero, y además no soporto el olor a alcohol de buena mañana y el estómago me dice que prefiere una Coca-Cola o un batido, nada de tonterías como un chupito de vodka o ni siquiera una cerveza.



[Gallo Nero. Traducción de David Paradela]


Dulces sueños, de Robert Bloch

 

Llevaba años tratando de encontrar esta antología de cuentos y he tenido que esperar a que Valdemar la reeditara. Ahora sólo queda que hagan lo mismo con El que abre el camino (del mismo autor). A Robert Bloch le llegó la fama por Psicosis, lo que ha eclipsado su faceta de escritor de relatos de terror, suspense y fantástico.

Aquí reúne 15 historias muy locas (algunas ya las había leído en las adaptaciones de EC Cómics): la de una niña que maneja un muñeco de vudú, una de fantasmas que sólo se ven en los espejos, otra de un tipo que asegura que una criatura vive en su cabeza y le ordena matar gente, la de unas gafas que permiten leer los pensamientos de las personas al que se las pone o la de un chaval perseguido por el gato de una bruja. Quizá mi favorita sea la del hombre que acepta un trato diabólico y recibe un reloj para detener el tiempo eternamente en el momento en que se considere feliz... pero lo va aplazando y haciéndose viejo.



[Valdemar. Traducción de José Luis Moreno Ruiz]


miércoles, abril 23, 2025

La cosecha de hielo, de Scott Phillips

 

En Sajalín rescatan esta novela corta que me perdí en su día y que adaptaron al cine en 2005 (y que no he visto, pese a que la dirigió mi venerado Harold Ramis). La cosecha de hielo es una pequeña bomba de humor y género negro. Transcurre en 1979, entre Nochebuena y Navidad y nos presenta los merodeos (y meteduras de pata) de un abogado que trabaja para un mafioso al que está a punto de robar un montón de dinero para darse luego a la fuga. Mientras recorre garitos y espera a su compinche, se va dando a la bebida y luego las cosas empiezan a torcerse... justo en ese día en el que tanta gente está cargada de buenas intenciones...

Casi podríamos decir que es la cara B y cómica de Un plan sencillo (de Scott Smith), otra novelaza con nieve también llevada al cine. Tiene un toque cómico en torno a lo imprevisible que, por cierto, recuerda a las películas de los Coen. Y además nos da un final inesperado y muy sorprendente.

Así comienza:

A las cuatro y cuarto de la tarde de una Nochebuena fría y seca, un hombre nervioso de mediana edad con un abrigo caro entró con la cabeza descubierta en el Midtown Tap Room y se quedó plantado en el extremo de la barra más cercano a la puerta con su carné de socio en la mano, esperando a que la camarera del turno de tarde colgase el teléfono. La mujer tendría unos cuarenta años, era corpulenta, tenía el cutis brillante y el pelo rubio como la aguachirle, y parecía habérselo cortado ella misma estando borracha. Él sabía que lo había visto entrar, pero fingía que no lo veía. Para eso tenía que colocarse en una postura muy rara, apoyando la cadera contra la barra y de cara a la puerta trasera para no mirar al abogado ni al espejo que tenía detrás.
El único cliente que había a esa hora era un joven bajito y muy delgado con una chaqueta vaquera abotonada hasta el cuello, acodado en la barra, la mejilla apoyada en el pulpejo de la mano y un cigarrillo entre los dedos índice y corazón, con la brasa peligrosamente cerca de la punta del tupé engominado. Tenía los ojos cerrados y la boca abierta.



[Sajalín Editores. Traducción de Diego de los Santos]


Historias que olvidé contarte, de Dorothy Gallagher

 

En Muñeca Infinita están publicando los libros autobiográficos de una autora que a mí me parece buenísima: Dorothy Gallagher. Éste es el tercero (ya recomendé los otros dos aquí: De cómo recibí mi herencia y Extraños en la casa): una serie de textos breves en los que se dirige a su marido ya muerto para rememorar tanto los viejos tiempos como las cosas que ha hecho en su ausencia. Los amigos van muriendo, las mascotas también, cada día está más sola y se ha mudado a un apartamento más pequeño, pero sigue hablando con él y manteniéndose activa gracias a la escritura. Son textos minuciosos, detallistas, en los que, sin compadecerse a sí misma ni caer en lo sentimental, dibuja un entrañable retrato de lo que comporta el luto.



[Muñeca Infinita. Traducción de Regina López Muñoz]

jueves, abril 03, 2025

El subastador, de Joan Samson

 

Grady Hendrix recomendó esta novela de los años 70 en su manual Paperbacks from Hell. Al parecer ya se había publicado en España y en Minotauro la reeditan con una nueva traducción. Fue la única novela de una escritora que moriría de cáncer a los 38 años.

El subastador está en la línea de lo que posteriormente haría Stephen King en La tienda: la llegada de un siniestro personaje a un pueblo, en el que acaba engatusando a todos sus habitantes (gracias a sus poderes de seducción y de convicción) de que donen cada semana objetos de su propiedad para venderlas en subastas, porque según él la subasta es lo más genuinamente americano que tienen. Con esas intenciones reclama la vuelta a los valores tradicionales y, poco a poco, semana a semana y con la ayuda del sheriff y sus auxiliares, va despojando a sus ciudadanos de propiedades: muebles, herramientas, animales… y, así, todos van viviendo cada vez con menos “en bien de la comunidad”.

Hay algo en sus páginas que también recuerda al relato “La lotería” de Shirley Jackson, al clímax de El día de la langosta de Nathanael West y a la novela Ritual de David Pinner (que sirvió de base para la película The Wicker Man): es esa especie de conspiración ciudadana que pone los pelos de punta.

A través de la mirada de una familia que vive a las afueras de un pueblo, asistimos atónitos a la irrupción de Perly Dunsmore, el subastador. Éste, siniestro, manipulador, convincente y apegado a los viejos valores norteamericanos, me recordó durante la lectura a Trump: curiosamente, el viudo de Samson indica en el epílogo que ve similitudes entre ambos.

El subastador va atrapando despacio al lector mediante esa familia que pierde sus posesiones y que no logra salir del atolladero: los demás miran para otro lado, los polis están aliados con Dunsmore, y nadie es capaz de ver la realidad. Es un novelón sobre cómo una idea cuaja en todo un pueblo, y en cómo la masa la adopta; y recordemos lo que decían en Inception sobre la idea: Cuando se apodera del cerebro es casi imposible erradicarla. Uno de los personajes dice:

No te podrías imaginar hasta qué punto Perly Dunsmore es capaz de sacar el máximo provecho de todo. ¡Qué subastador! En mi vida había visto nada igual. Se sube al kiosco de música y es que ya no lo conozco. Es como uno de esos peces que se hinchan hasta cuadruplicar su tamaño original. Más listo que el hambre. ¡Y qué labia tiene! A su lado
parezco un tío callado.




[Minotauro. Traducción de Joan Josep Mussarra Roca]