martes, febrero 23, 2010

Fuck America, de Edgar Hilsenrath



El narrador y protagonista de Fuck America es Jakob Bronsky, un emigrante judío que trata de sobrevivir en el Nueva York de los años 50 mientras escribe una novela sobre el Holocausto, que titulará El pajillero. Bronsky se mueve en pensiones infectas y tugurios de mala muerte y se codea con pobres, bohemios y prostitutas. Trabaja uno o dos días y lo que gana le sirve para subsistir un poco mientras prosigue la escritura. Casi toda la narración se estructura alrededor de diálogos humorísticos, los que sostiene con los personajes de su entorno, pero también los diálogos imaginarios que establece con gente a la que no conoce. Hacia el final es cuando el autor golpea, tras todos esos pasajes divertidos y llenos de tacos: en uno de esos diálogos imaginarios cuenta lo que vivió durante la ocupación nazi. Y ahí terminan las risas y empieza la tragedia. Un fragmento tras su encuentro con una mujer que no cumple sus expectativas (apuntemos que Bronsky no se corta un pelo):

Volví caminando bajo la lluvia hasta la Segunda Avenida. Bronsky, me dije, no pesa ciento setenta libras, como tenía apuntado en su álbum el agente matrimonial. Pesa cien más. Yo diría que unas doscientas setenta. Y la foto que te enseñó el agente matrimonial debía ser de su época juvenil, un viejo truco. Tampoco tiene treinta y ocho, tiene cuarenta y ocho por lo menos. Y no aparenta diez años menos que yo. Y quiere ir a un restaurante de renombre. Y quiere ir en taxi. Y seguro que más tarde querrá ir a un nightclub porque hoy es sábado o porque aún es pronto para volver a casa un sábado. ¡Joder, Bronsky! ¡En qué lío te has metido! Y tampoco puedes follártela esta noche, porque vive con sus padres. Y porque se negará a ir a tu habitación. Y seguro que tampoco querrá ir a un hotel. Ya conoces a estas tías. Además, se te ha bajado el empalme. Se te ha puesto blanda y flácida nada más verla. ¡Bronsky! Sé inteligente y date el piro.

[Traducción de Iván de los Ríos]