Una pésima portada para un gran libro. Las vicisitudes de Alexander Portnoy, gran onanista, mujeriego incorregible, vergüenza para sus padres, aquejado del Complejo de Edipo, capaz de meterla en un trozo de hígado crudo para saciar su apetito sexual adolescente, en una novela divertidísima en la que el propio Portnoy desvela sus recuerdos ante un psicoanalista.
La edición no está a la altura. Sólo la he encontrado en bolsillo, y se echa de menos: a) una traducción más fiel al castellano (por ejemplo, en ocasiones traducen "blow" como "soplar", cuando aquí lo traducimos como "mamar"; o "venirse", en vez de "correrse") y b) notas a pie de página, para que nos enteremos de algunos pormenores del judaísmo. Seix Barral planea reeditarla. Esperemos que la edición sea mejor. Por ejemplo, como el Zuckerman encadenado.