
Elia Kazan, basándose en una obra de Tennessee Williams, quien también escribió el guión, hizo un drama turbio y denso en el que intervenían dos de los grandes secundarios del cine: Eli Wallach y Karl Malden. Junto a ellos, la bella Carroll Baker.
"En lo que me concierne, no soy un escritor, soy alguien que escribe…" (Thomas Bernhard)