Escribo a mi colega Pedro Sanjuán Blanco. Le cuento mi despido y él me da a cambio otra noticia: lleva en paro desde julio y estos días anda con muletas. “Aquí estamos, resistiendo”, dice. De su correo de vuelta rescato estas frases, oro puro: “Es acojonante que nos educaran diciéndonos que el talento y el trabajo eran suficientes para salir adelante y vayamos constatando día a día que era mentira. Que lo que funciona es otro tipo de mecanismos”.
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