Ayer recibí un sobre de Budapest. Contenía una carta en inglés y un ejemplar de la revista Magyar Napló, donde en el número de mayo tradujeron 3 de mis breves cuentos al húngaro: El verano, El revés proustiano y La vida en los escenarios; los tres pertenecen a mi libro de microrrelatos El hilo de la ficción (Editorial Celya). Gracias a Eszter Orbán, que me pidió las colaboraciones; a Éva Cserháti, por la traducción de los textos; y a Dóra Bakucz, por la selección final. Además, es un placer compartir páginas con gente a la que conozco en persona, como Ana Pérez Cañamares, Paul Viejo y María Tena.
.
Gracias también a Clara Silvestre por incluir en el periódico Hoy Digital, de la República Dominicana, un texto de No hay camino al paraíso, aunque lo hayan puesto en prosa.