Admito que The Hangover (conocida en España por el infame título de Resacón en Las Vegas) presenta situaciones exageradas y a veces poco creíbles, y que parece dirigida por un chiflado (y Todd Philips lo está: dirigió las alocadas Road Trip y Starsky & Hutch), pero es muy entretenida y sus creadores la han construido como si fuera una especie de novela de detectives. Los tres protagonistas se despiertan a la mañana siguiente de una despedida de soltero sin saber qué hicieron la noche anterior y sin saber dónde está el novio, que va a casarse en unas horas. Y poco a poco, hablando con testigos, siguiendo los rastros y las pistas, tirando del hilo, van reconstruyendo el puzzle de su desmadre. Me he despertado a menudo, tras una borrachera, sin saber qué hice en las horas previas ni cómo he llegado a casa; así que comprendo muy bien a los protagonistas. Todd Philips incluye algunos guiños paródicos a películas rodadas en la misma ciudad: Casino, Rain Man, Very Bad Things o Leaving Las Vegas. E incluye algo que para mí es lo más divertido del filme: durante los créditos finales podemos ver las fotos que muestran la brutal parranda que los cuatro colegas se montan en esas horas que no recuerdan. Ah, y vayan memorizando el nombre de este actor: Zach Galifianakis.
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