Compré hace poco esta película. Llevaba años sin verla y no ha perdido su frescura. Recordemos que antes de Bailando con lobos estaba Jeremiah Johnson, el hombre que decide internarse en las montañas para convertirse en cazador y huir de un pasado que los espectadores no llegan a conocer. Merced a sus encuentros con tramperos, colonos, soldados y distintas tribus de indios, Johnson acaba convirtiéndose en leyenda.
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Es una de las mejores películas de Sidney Pollack, cuando aún no había perdido su garra y su toque, cuando en los 70 era capaz de rodar seguidas Jeremiah Johnson, Tal como éramos, Yakuza y Los tres días del cóndor. Y, viéndola años después, se nota que muchos directores se han inspirado en ella, en esos espectaculares planos de paisajes o en el modo de rodar ciertas secuencias. Robert Redford está excepcional en su papel de cazador.