lunes, julio 13, 2009

El trueno más allá del Popocatépetl, de Malcolm Lowry


SIN MIEDO AL DRAGÓN NOCTURNO


Todas las nociones de libertad están asociadas al alcohol
y nuestro ideal de vida se reduce a una cantina
donde los hombres puedan sentarse y hablar o tal vez pensar
sin miedo al dragón nocturno.
O quizás otra cantina
sin letreros de “Aquí no se fía”
y con su crédito ilimitado
donde –aparte de innumerables botellas de cerveza–
nos podamos sentar –bien borrachos
y lo suficientemente locos–
a escribir tratados sobre una tierra prodigiosa
en la que los hombres beben un vino maravilloso
que les emborracha suavemente, sin vómitos ni resacas,
mientras tejen el sueño de otra cantina
en la que beberán siempre gratis,
con la puerta abierta, mirando pasar el viento.
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Hace poco vi la película Bajo el volcán, de John Huston, basada en la novela del mismo título de Malcolm Lowry, y antes de eso leí ese mítico libro. Hasta ahora no me había interesado la poesía de Lowry, pero David González colgó en su blog un par de poemas y me gustaron. Estos poemas escogidos, en traducción de Juan Luis Panero, ayudan a comprender al personaje del cónsul (y del autor, obviamente), y para mí suponen una extensión de la novela y del filme. Son los poemas que escribiría ese hombre alcoholizado al salir de las sucias cantinas en las que solía perderse, tras un atracón de tequila y tabaco. Son poemas en los que anidan el dolor y la desesperación, el lamento de un tipo que todavía sigue caminando por el infierno. Una buena selección.