lunes, julio 06, 2009

Camino de ida, de Carlos Salem


-Yo estuve triste muchos años. Y no me sirvió de nada. Después de tanto tiempo, he descubierto que todo el camino es de ida…
-¿Hacia dónde? –preguntó acariciando a Jorge Luis, que ronronéo.
-Eso es lo que menos importa –respondí–. El caso es ir, hacer, reír, llorar, vivir. Son verbos, acciones. Si te equivocas, mala suerte. Pero si no decides por tu cuenta, la suerte, buena o mala, siempre es ajena. ¿Entiendes? No se puede vivir echándole la culpa a los demás de lo infeliz que eres, porque ser un infeliz también es una elección, pero una elección de mierda.
-¿Y qué hago con los miedos? –me preguntó.
-Te los tragas, los digieres, y un buen día aprendes a cagarte en ellos.