jueves, abril 16, 2009

Mis placeres de cinéfilo, de Martin Scorsese


Martin Scorsese es uno de los genios contemporáneos del cine. Eso es indiscutible. Si te gustan sus películas, debes leer este libro porque descubre algunos secretos y cuenta algunas anécdotas de obras como Casino, Uno de los nuestros, El cabo del miedo o La edad de la inocencia. Si eres cinéfilo hasta la médula, tampoco debes perdértelo, pues Scorsese es una enciclopedia ambulante: habla de los filmes que le marcaron en la infancia y en la adolescencia, cita escenas poco conocidas de clásicos y de títulos de serie B, salta del western a la nouvelle vague y de ahí al cine inglés.
Mis placeres de cinéfilo es un compendio de entrevistas, conversaciones y textos escritos para la prestigiosa Cahiers du cinéma. Incluye una entrevista con su montadora, Thelma Schoonmaker. Os dejo con un fragmento en el que el director de Taxi Driver habla del que, para mí, es uno de los más grandes actores de la historia de Hollywood, Robert Mitchum:
No estoy seguro de que Robert Mitchum se hubiera convertido en una estrella si hubiera nacido antes. Su reserva de hombre agotado por la vida, la despreocupación de su mirada triste estaban tan ligadas a su época, que no habrían tenido ninguna resonancia en los años veinte o treinta. Incluso Humphrey Bogart, que fue el primero en encarnar el desencanto en el cine norteamericano, podía pasar por optimista. Para Mitchum, la esperanza nunca estuvo en el orden de lo posible. La primera vez que el personaje que encarnaba apareció en la pantalla, en Retorno al pasado [Out of the Past, 1947], de Jacques Tourneur, pescando a orillas de un lago en compañía de la mujer que ama, uno sabe que su felicidad sólo puede ser temporal. Y cuando un sordomudo (Dickie Moore) le dice que tiene una visita, Mitchum sabe que el destino acaba de atraparle. Hay una especie de calma oriental y de resignación en el joven Mitchum.