De vez en cuando necesitamos poner un poco de humor en nuestras vidas. Los lectores también lo necesitan. Algo desenfadado, banal y vulgar que sirva de sal de frutas contra la grasa del odio, la pobreza, la crisis y la guerra. Humor, por ejemplo, es lo que se necesita para escuchar un disco de David Hasselhoff. Para ver una de las últimas películas de Steven Seagal, en las que sale mostrenco y panzudo, muy alejado de su época de entrenamiento diario. Para leerse las cuatrocientas verdades sobre Chuck Norris. Se necesita humor, porque en el fondo es muy triste que estos tres señores hagan caja con lo poco que ofrecen a cambio. En uno u otro momento, los tuve como ídolos: a Norris en sus primeras cintas, cuando no llevaba barba ni bigote; a Seagal en sus dos primeras apariciones en el cine, antes de convertirse en un rompehuesos con coleta; a Hasselhoff en “El coche fantástico”, aunque no lo veía por él, sino por Kit y su afable voz de mayordomo con ruedas.
En las últimas semanas he hablado mucho de estos hombres con mis amigos. A mi hermana le hice un regalo barato de broma. Me descargué dos de los discos de Steven Seagal y de David Hasselhoff y se los grabé en un cd. Antes de hacerlo tuve que pasar por el trago amargo de escucharlos. Mejor dicho: de escuchar los primeros acordes de cada tema. Todavía el disco de Seagal (uno de ellos, no sé cómo se titula) tiene un pase. Las primeras canciones no son de lo peor que he oído. A mitad de disco se desmelena y aparece la sombra del kitsch. Ya sólo ver las carátulas con el tipo sosteniendo la guitarra provoca varias carcajadas. Luego introduje en el cd algunas fotos. La mejor de todas es un esquema que encontré por internet: la “Tabla de emociones de Steven Seagal”. Es una repetición de la misma foto de Seagal, y debajo de cada imagen pone el estado emocional que él trata de transmitir: Feliz, Escéptico, Confuso, Aterrorizado, Dormido. Algo parecido a lo que hicieron en “Muchachada Nui” con el Celebrity de Chuck Norris. En cuanto a los discos de David Hasselhoff, suponen un atentando para los oídos. Sólo él es capaz de mezclar todos los estilos en un mismo lp, haciendo de un mismo trabajo una macedonia de frutas trasnochadas. No se pierdan sus videoclips, si tienen oportunidad. Incluí también en el regalo unas cuantas fotos del hombre posando en cueros. Una vez leí que Quentin Tarantino quería darle un papel a Hasselhoff, para reanimar una carrera que nació muerta (me refiero al talento, no al éxito televisivo). Aquello me deprimió. Pero no se ha vuelto a saber nada, así que espero que sea un bulo. Uno de esos bulos que mueven por la red. No obstante, sólo Tarantino es capaz de sacar partido a un mal actor.
Ese fue mi regalo de broma. Barato, sencillo, fácil de hacer y divertido. La pena es que Chuck Norris no cante, o yo no he encontrado canciones suyas. En la red puede encontrarse, como dije antes, una página de “Los hechos sobre Chuck Norris”. La versión española tiene casi doscientos más, y han añadido chistes sobre políticos españoles. Quizá no se lo crean, pero en Estados Unidos un tipo recopiló estos gracejos y los publicó en un libro. Norris se enfadó mucho y denunció al compilador. Aquí les paso unas muestras de estas tonterías y chistes sobre el actor y su dureza: “Jesús puede caminar sobre el agua. Chuck Norris puede caminar sobre Jesús”, “Chuck Norris puede respirar bajo el agua... y bajo el fuego”, “Cuando Chuck Norris mira al horizonte, puede ver su nuca”, “Chuck Norris tiene un mentón de acero debajo de su barba”, “Chuck Norris no respira. Toma al aire como rehén”.