miércoles, noviembre 12, 2008

Verónica, de Julio Valdeón Blanco



Julio Valdeón regresa a la novela con su prosa salvaje y sus argumentos sobre el lado oscuro del ser humano, con una trama en la que hay una mujer fatal (la chica del título), además de snuff movies, algunos cadáveres, drogas y sexo, policías y camellos y paseos por tres ciudades: Madrid, Marbella y Tánger. El propio Julio ha hablado en una entrevista de su interés en el horror. Y lo encontramos, y también crudeza en estado puro. Sin concesiones a la galería. Un fragmento:

Salí de paseo. Tomé taxis. Volví a sentarme. Bebí a gollete. Tragué pastillas. Sufrí alucinaciones. Declamé los versos prohibidos de los poetas malditos a los que aún no conocía. Subí a la habitación de una rubia flaca y con buenas tetas para echar un porvito, treinta euros la hora. Vomité nada más salir de su asquerosa casa. Me hice Marbella y alrededores por todas sus costuras, y todo en cuarenta y ocho horas, ya digo, y seguía igual, abandonado, peor, muerto de frío y coraje.