miércoles, noviembre 12, 2008

El resto del camino

a veces ocurre:

me quedo parado
en mitad del pasillo,
mirando fijamente
las baldosas del suelo,

sin reconocerlas,

ni reconocer en ellas

los
pasos
perdidos.



David González, El demonio te coma las orejas [1997 – 2008]