sábado, marzo 01, 2008

Sádicos

Las noticias me estropearon la mañana del jueves, luego contaré por qué. También me habían estropeado otra mañana, creo que fue la del martes, cuando mataron a cuatro mujeres en el mismo día. Estoy convencido de que uno vive mejor sin saber estas cosas. Gregory House decía en el último episodio de su serie que es mejor saber, aunque se desvanezca la magia. Yo ya no estoy tan seguro. Las mañanas en que me obligo a no leer los periódicos (costumbre cada vez más frecuente), soy más feliz. Más ingenuo e ignorante, desde luego, pero más feliz. Algunos días me basta con entrar en el apartado de noticias culturales, porque sólo dan noticias agradables, luminosas. No hay sangre, no hay muertos, no hay guerras, no hay calamidades.
La mañana del jueves me la estropearon dos tipos. Dos fulanos que participaron en una cacería de gatos en Talavera de la Reina. Quien sienta debilidad y compasión por los animales, que evite mirar las fotografías. Yo me las topé por azar en un periódico digital, y ojalá no las hubiera visto y, así, no hubiese escrito este artículo y sería un poco más feliz. No mucho, pero sí un poco. Los dos fulanos cazaron gatos junto a (se rumorea) dos imbéciles más. Todos juntos, los cuatro o cinco cafres, se dedicaron a cazar gatos callejeros. Uno sólo debería cazar para comer, para alimentarse, no para asesinar, hacerse una foto con el cadáver y luego tirarlo. En estos tiempos, quienes están mal del tarro suelen tener otra costumbre: pegan a los demás, o matan gatos, o torturan perros, o apalean mendigos, o zurran a las mujeres, y, no satisfechos con la hazaña, cuelgan las fotos en internet. Se necesita ser bobo. Y dos de estos tipejos, cuyos nombres aparecen en los periódicos para su descrédito, y que yo también voy a nombrar aquí (Javier Ferrero y Juan Carlos Vázquez), colgaron las fotos de sus trofeos en la red. La imagen que he tenido la mala suerte de ver es la del tal Ferrero, que sostiene cadáveres a pares, con las manos, y sonríe satisfecho. Es el clásico pijo. O pollopera, como también los llaman ahora. Me extraña que no se llame Borja Luis, o algo así. Pantalón corto, polo rosa, sonrisa de bobo. Una joya. Y con gatos muertos en las manos. Odio a los asesinos de mujeres, de niños, de pobres, de gatos, de perros. Odio a los asesinos.
Luego se ha investigado un poco más y resulta que los dos pánfilos pertenecen a Nuevas Generaciones del Partido Popular en Toledo. Un internauta vio las fotografías y las envió a una asociación en defensa de los animales. Esa y otras organizaciones denunciaron la caza. Las imágenes llegaron al PP de Toledo. De momento, los han expulsado del partido. Creo que es poca sanción. Que te expulsen de NNGG no es un castigo, tal vez sea un premio. Los responsables del Partido Popular, al menos, han reconocido que dicha cacería “atenta contra cualquier mínimo de la sensibilidad y decencia moral”. Alguien me dirá que la pertenencia de estos dos tontos de manos manchadas de sangre a Nuevas Generaciones no tiene nada que ver con la noticia. Que quien es inmoral y despiadado lo es por sí mismo, independientemente de su filiación política. Tal vez tenga razón, pero no estaría yo tan seguro porque los populares de mi ciudad tienen algún antecedente de esta clase. Supongo que a los ciudadanos se les ha olvidado que los mandatarios de Zamora ordenaron hace tiempo la exterminación de los gatos del cementerio. La diferencia es que unos ordenan la matanza y quedan con las manos limpias y otros se las manchan de sangre y encima lo cuelgan en internet.