miércoles, diciembre 12, 2007

Firmin, de Sam Savage

Dudaba si comprarme este libro, la historia de una rata que lee libros. Luego recordé lo mucho que había disfrutado con otra historia con la que tiene algunos puntos en común: la película Ratatouille. Y no he salido defradudado de su lectura, sino todo lo contrario.
Firmin es un roedor que nace en el sótano de una librería de Boston. Al principio se alimenta del papel de los volúmenes, pero pronto desarrolla otras capacidades propias de los humanos y empieza a interesarse por la literatura, el cine y las mujeres. Deja de comer libros para leerlos. En la librería observa al dueño, Norman Shine, pero más tarde se interesará por Jerry Magoon, un escritor bohemio de ciencia-ficción de serie B a quien el fracaso y la soledad arrastran a un pozo existencial. Magoon vive encima de la tienda y sobrevive como puede. Firmin, en su proceso de aprendizaje, se lee toda clase de libros, sin importarle el género o la extensión. De ese modo aprende a conocer al hombre y la derrota del mundo.
Hay que leer Firmin, subtitulado Aventuras de una alimaña urbana, como lo que es, un sabroso cuento que supone, a la vez, un homenaje en toda regla a la literatura. Una declaración absoluta de amor a los libros y a las películas. Mientras lo leía, imaginaba la historia como un largometraje de dibujos animados, con más sombras que luces y mucha carga psicológica.
Pero esta novela es aún más. Cuando uno llega al final, tras la aceptación de la rata entre las diferencias que hay entre la realidad y la ficción, y lee la nota del autor (aclarando que la librería existió, y que la plaza donde transcurre la obra también fue destruida, y demás pormenores), sabe que la rata es un alter ego de Sam Savage. Que su aprendizaje estuvo en los libros y en las películas. Que quizá se sintió un bicho raro. Que tal vez fue un día ese escritor fracasado. Y esta suma de factores, y la prosa seductora de Savage, hacen muy recomendable esta lectura. Dentro de unos años, cuando hayan rodado una película y el escritor haya muerto, es posible que se convierta en un clásico.