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No hay un poema menor en esta antología, pero donde alcanza la cima es en aquellos poemas que traducen la experiencia del poeta (su relación con sus hijos o con sus antepasados, la descripción de paisajes o los estados de ánimo que le acometen cuando recorre el mundo, porque es un poeta viajero que escribe desde sitios tan distintos como Los Ángeles, Copenhague, Bratislava, Oslo o Londres) y también en aquellos en los que censura los asesinatos, las dictaduras, los holocaustos, las detenciones, las guerras, las ejecuciones. Basta con leer uno de los poemas que colgué hace días, el titulado Masacre en Beirut. Richter es un poeta comprometido y embriagador, no lo dejen escapar. Y la labor de Alejandro Hermida de Blas en la traducción me parece sutil y ajustada. Pero todo esto, como siempre, se entenderá mejor si os dejo con un poema. Allá va:
EN ESTE MARZO GLACIAL
Nuestro padre ya había dejado atrás todo lo malo
cuando esa noche sacó
del bolsillo roto del abrigo dos chocolatinas
y nos acarició el pelo a mí y a mi hermana.
Tal vez quería decir: lo tendréis más fácil,
un día podréis respirar más libremente…
Él ya no era capaz de coger aire,
toda la noche emitió un ruido ronco.
Por la mañana estaba muerto.
Ese marzo glacial sigue y sigue.
No he dejado atrás todo lo malo
cuando antes de dormir acaricio a mis dos hijas
y les deseo un aire
en el que puedan respirar libremente,
un verano sin agujero en el ozono,
una vida sin agujeros en la historia
y un mundo sin el agujero negro del futuro.
En este marzo glacial todo lo bueno
lo tenemos aún por delante.
Pero también la muerte.
cuando esa noche sacó
del bolsillo roto del abrigo dos chocolatinas
y nos acarició el pelo a mí y a mi hermana.
Tal vez quería decir: lo tendréis más fácil,
un día podréis respirar más libremente…
Él ya no era capaz de coger aire,
toda la noche emitió un ruido ronco.
Por la mañana estaba muerto.
Ese marzo glacial sigue y sigue.
No he dejado atrás todo lo malo
cuando antes de dormir acaricio a mis dos hijas
y les deseo un aire
en el que puedan respirar libremente,
un verano sin agujero en el ozono,
una vida sin agujeros en la historia
y un mundo sin el agujero negro del futuro.
En este marzo glacial todo lo bueno
lo tenemos aún por delante.
Pero también la muerte.