
Como es habitual en Roth, no faltan las demoledoras reflexiones sobre el sexo, el amor, la política, la muerte y la enfermedad. Kepesh se atormenta con los celos, unos celos imaginarios que provienen de la diferencia de edad entre él y su amante. Al no estar ya seguro de su cuerpo, otrora joven y ágil, ya no está seguro de nada.