En Santuario, la novela de William Faulkner, no conocemos el pasado del misterioso gángster Popeye hasta el último capítulo. En Hasta que llegó su hora, la película de Sergio Leone, desconocemos el motor de la venganza de Harmonica (Charles Bronson) hasta unos segundos antes del duelo final.
Esa clase de suspense mueve este interesante y muy entretenido western en el que no sabemos qué ocurre entre perseguidor (Liam Neeson) y perseguido (Pierce Brosnan) hasta los últimos minutos. No esperaba mucho de la película y me sorprendió. Fotografía del gran John Toll, música de Harry Gregson-Williams e intervenciones de Anjelica Huston, Michael Wincott y Wes Studi. Dirige el desconocido David Von Ancken, quien ganó varios premios hace años con un cortometraje basado en un relato de Tobias Wolff. Me pregunto por qué Seraphim Falls no se ha estrenado en salas comerciales.