Un hombre a quien llevan de un lado para otro como si fuera una bestia, rodeado de guardias armados, hambriento y obligado a vivir entre la suciedad, pierde su dignidad, esto es, pierde el lugar que legítimamente le corresponde en la sociedad y, por consiguiente, su ética social. No existe un mejor ejemplo de este proceso que la vida en la cárcel, donde los hombres se ven totalmente despojados de su dignidad y donde los crímenes y las infracciones de las reglas son constantes. Por tanto, consideramos la destrucción de la dignidad una de las consecuencias más lamentables de la vida del emigrante, pues limita su responsabilidad y lo convierte en un triste paria que la emprenderá contra el Gobierno como mejor se le ocurra.
Portada de Libros del Asteroide, fotografía de Dorothea Lange y texto de John Steinbeck. Y mi artículo sobre el libro, bajo estas líneas, o en enlace directo: aquí.