Llevo advirtiéndolo un tiempo, y los titulares y las encuestas empiezan a darme la razón, por fin: el metro madrileño funciona cada día peor. El metro se ha convertido en una patata vieja y medio podrida que a ratos va a pilas. Puede que en alguna época fuese el mejor servicio de metro del mundo, pero eso ha pasado a la historia. Por fortuna, soy uno de los pocos zamoranos emigrantes que no tiene que coger el metro a diario. A ellos les toca padecerlo, al menos, un par de veces por jornada laboral. Utilizo este medio de transporte, pero no con la misma asiduidad de quienes van a la oficina. Y cada vez que lo utilizo se producen retrasos o fallos o averías. La realidad del metro es una suma de lo que uno vive, de lo que le cuentan todos esos trabajadores, de las encuestas y foros de los ciudadanos y de lo que uno lee en los titulares. No voy a entrar en el funcionamiento pésimo que he observado desde hace meses en las líneas que tomo, ni tampoco en las anécdotas que me han contado varias personas, porque eso ya lo hicimos. Hoy quiero traer aquí un puñado de titulares de unos cinco periódicos, para que algunos se lo piensen dos veces antes de tacharme de pesimista, exagerado y otras lindezas del estilo.
Anoto aquí esos titulares, recogidos de El País, Abc, El Mundo, La Razón y 20 Minutos: “PSOE y UGT piden medidas urgentes ante los reiterados fallos del metro”, “La segunda avería de metro en 12 horas afecta a cuatro estaciones de la línea 7”, “Rebelión en el metro”, “Una nueva avería vuelve a parar la línea 6 de metro un día después de iniciarse las medidas de mejora”, “Un trabajador marroquí muere en las obras del metro de Coslada”, “Demasiadas averías en el metro”, “La Asamblea rechaza celebrar un pleno sobre las averías del metro”, “Los viajeros impiden un atraco a punta de navaja en un vagón de la línea 6”, “Ante las críticas por las averías, Metro se plantea poner personal en los andenes para evitar los problemas”, “Las averías en el metro suben un diez por ciento, según los consumidores”, “Interrumpida durante más de una hora y media la línea 5 de metro entre las estaciones de Carabanchel y Campamento”, “La Policía disuelve un motín de viajeros que protestaban por una avería en el metro”. Pero basta ya: no quiero aburrirles. Todos estos titulares pertenecen a enero de este año, y ni siquiera ha terminado el mes.
Por si esto fuera poco, en uno de los citados periódicos han puesto a disposición de los internautas una serie de encuestas, que sirven no sólo para medir el cabreo de los pasajeros, sino también para que hagamos recuento de otras incidencias y fallos. Encabezan una de ellas con esta información: “El metro de Madrid ha sufrido en los últimos meses varias importantes averías, que han afectado a miles de usuarios”. Repetiremos: miles de usuarios. Significa que no soy el único viajero cabreado de la ciudad. En una de las encuestas se refleja, no obstante, que hay dos o tres líneas que no suelen presentar problemas y funcionan a la perfección. Son las excepciones. En cuanto a los sucesos más preocupantes, en El Mundo señalan cinco, en los últimos meses: “Motín de viajeros en Conde de Casal”, “Tres horas sin metro entre Lucero y Oporto”, “Pasajeros andando por las vías de Ópera tras una avería”, “Un apagón deja sin luz al centro de Madrid y provoca paros en cinco líneas del metro” y “Cientos de pasajeros atrapados en la línea 6. Tres atendidos por el Samur”. Ahora, con estos datos, piensen en la gente que, por estas averías, llega tarde a currar, o padece cierta claustrofobia, o enferma, o se pierde una entrevista de trabajo.