Ayer se estrenó, por fin, la espléndida película Capote, en la que Philip Seymour Hoffman resucita al escritor de manera magistral (imprescindible verla en Versión Original Subtitulada en Castellano: el actor imita a la perfección todos los registros de su voz). Aprovechando este estreno, recomiendo uno de sus mejores libros: Música para camaleones, compendio de entrevistas, conversaciones, retratos y una novela corta; en todos los géneros se muestra como lo que fue: un hábil maestro. Ya el prólogo resulta apasionante. En él escribió estas líneas, hoy tan famosas: "Cuando Dios le entrega a uno un don, también le da un látigo; y el látigo es únicamente para autoflagelarse". Esta declaración subyace en la película que ahora han rodado, y cuyo argumento comprende los años en que Truman Capote estuvo involucrado en la preparación del clásico A sangre fría que, como saben, le absorbió física y emocionalmente.
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