viernes, agosto 21, 2015

Los días corren como caballos salvajes por las montañas, de Charles Bukowski


súplica a una muchacha que pasa

chica con shorts, mordiéndote las uñas, meneando el culo,
los chicos te miran –
…………………pareces más interesante
que Gauguin, Brahma o Balzac,
más, por lo menos, que los cráneos que dan vueltas a tus pies,
tu pavoneo destroza la torre Eiffel,
hace que viejos jóvenes renacidos cuya sexualidad se fue al traste
hace tiempo giren la cabeza;
tus enjauladas tonterías, tu baile idiota,
embobando, encantando – no te laves nunca las braguitas
manchadas ni busques tus actos de amor
por los callejones del barrio –
no lo estropees por nosotros,
aumentando de peso y hastío,
conformándote con la tele y un soso marido;
no renuncies a ese absurdo meneo desposeído
por regar el césped de tu casa un sábado –
no nos devuelvas a Balzac ni a la introspección
ni a París
ni al vino, no nos devuelvas
a la incubación de nuestras dudas o al recuerdo
de tu meneo de muerte, guarra, enloquécenos de amor
y hambre, mantén apartados a los tiburones, los sangrientos tiburones,
del corazón.


[Visor Libros. Traducción de Alberto Manzano]

miércoles, agosto 19, 2015

Próximamente: Adiós en azul


De John D. MacDonald. En Libros del Asteroide.

Cartel de The Keeping Room


La virgen y el gitano, de D. H. Lawrence


En un capítulo de Leer como un profesor, Thomas C. Foster habla del agua como elemento presente en muchas novelas (sea en forma de lluvia, de inundación o de marco que crea una atmósfera en el relato) y cita la irrupción del agua al final de La virgen y el gitano. Entonces recordé que tenía el libro por casa, sin leer, y me puse a ello.

La virgen y el gitano constituyó un escándalo en su tiempo. Leído ahora, en pleno siglo XXI, no somos capaces de entender esa polémica: ni siquiera Lawrence introduce descripciones de actos sexuales, y nunca queda claro si la chica ha llegado a fornicar con el hombre. Intuyo que la polémica procedía de la etnia del tipo del que Yvette, la protagonista, se enamora: un gitano. Porque Yvette, cada vez que el gitano la mira, se pone cachonda (Lawrence no lo dice tan a las claras, pero lo cuenta de manera que ése es el mensaje que nos llega).

Hay algo, sin embargo, que me llamó más la atención que la historia de ese amor hecho de miradas e insinuaciones: la vieja amargada que habita en la casa donde la chica vive. La vieja es la abuela de Yvette y es una mujer odiosa cuya conducta recuerda un poco al entorno de La casa de Bernarda Alba. El dominio a que trata se someter a la familia y las relaciones (tensas, casi siempre) entre el padre, sus hermanos, sus hijas y su madre, son, al cabo, lo más interesante de la novela.


[Impedimenta. Traducción de Laura Calvo Valdivieso]

2 carteles de River of Grass



Pan: 4 carteles





lunes, agosto 17, 2015

Próximamente: Perder ciudades. Dos viajes en el siglo XXI


De Hilario J. Rodríguez. En Newcastle Ediciones.

domingo, agosto 16, 2015

Rafael Chirbes (1949 - 2015)


Foto: Jesús Císcar.

Primer cartel de Star Wars: Episode VII - The Force Awakens


Cartel de By the Sea


viernes, agosto 14, 2015

Maternidad y creación. Lecturas esenciales, de Varias Autoras. Edición de Moyra Davey


Ya lo comenté en Twitter hace unas semanas: éste es un libro importante. Y, a pesar de ello, juraría que ha pasado desapercibido. Consiste en un compendio de textos (ensayos, fragmentos de diarios, relatos y extractos de novelas) de diversas autoras prestigiosas que trataron el tema de lo que significa la maternidad cuando, además, ellas se dedican a la creación. ¿Cómo ve la sociedad a las mujeres que acaban de ser madres? ¿Cuántas barreras se encuentran desde que se quedan embarazadas? ¿Cómo compaginan la crianza y la educación de sus hijos con la escritura? A éstas y otras preguntas trata de responder el libro.

Hay textos para quitarse el sombrero. Hay frases que uno copia. Hay enseñanzas que trata de asimilar o no olvidar. Hay ejemplos con los que uno conecta (mi caso, aunque no sea madre ni mujer, tampoco está muy alejado de algunas de las situaciones que se cuentan en este libro porque compagino la escritura con la educación y crianza de mi hijo). Hay párrafos en los que uno se dice: "Yo pienso lo mismo acerca de este tema. Mi opinión es idéntica, mi experiencia también". Leer cosas así es un alivio.

De todo el lote hay algunas autoras a las que no conocía. Otras a las que sí, caso de Doris Lessing, Joy Williams, Grace Paley, Margaret Atwood o Lydia Davis. Y tal vez mis dos textos favoritos sean los de Adrienne Rich y Annie Ernaux, porque la de ambas es una escritura que golpea, que suelta bombas y perlas continuamente. Pero pasemos ya a los extractos elegidos, que reflejarán bien el cometido de este libro:

Me sentía como si el mundo me observara simplemente como mujer embarazada, y parecía más fácil, menos perturbador, que yo también me observara de ese modo.
[…]
Es una licenciada en matemáticas que tiene ahora dos hijos cuya edad está por debajo de los cuatro años; está viviendo según el ritmo de otras vidas: no sólo del llanto regular del bebé, sino también de las necesidades del pequeño de tres años y de los problemas de su marido.
[…]
Pero a los ojos de la sociedad, una vez se ha sido madre, ¿qué somos sino madres para siempre? El proceso del "destete" –aunque se nos acusa si no pasamos por él– es un acto de rebelión contra la raíz de la cultura patriarcal. No basta con dejar que nuestros hijos se vayan; necesitamos personalidades propias para regresar a ellas.
[…]
Experimentamos no sólo cambios físicos, carnales, sino también de carácter. Aprendemos, a menudo mediante una autodisciplina dolorosa y una autocauterización, aquellas cualidades que se nos suponen "innatas": paciencia, sacrificio, voluntad para repetir sin fin las pequeñas tareas rutinarias de socializar al ser humano. Estamos también, muchas veces para nuestro asombro, poseídas por sentimientos de amor y de violencia más intensos de lo que hayamos conocido nunca. 
Adrienne Rich (de "Cólera y ternura")

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Intenta decirle a un niño que mamá está trabajando, cuando el niño ve con sus propios ojos que su madre está sentada escribiendo... No me atrevo a poner música cuando estoy en el sótano escribiendo, no sea que arriba se crean que estoy holgazaneando. Tengo la sensación de que para que me respeten debo hacer pasteles y pan casero y mantener las habitaciones y la casa ordenada.
Liv Ullmann (citada por Susan Rubin Suleiman en "Escritura y maternidad")

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No es la maternidad lo que desencadena la discriminación de la mujer en el mundo del arte; es el hecho de ser mujer.
Joan Snyder

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Tampoco he logrado nunca que mis hijos se duerman en sus camas. Según los expertos pediatras, en una cultura que valora la independencia y la autosuficiencia, los niños deben aprender a dormir solos. Enseñarles a tranquilizarse es una de las fases críticas del desarrollo de su personalidad. Los llantos de mis hijos cuando se tumbaban en sus camas a dormir solos me torturaban. Me aterrorizaba oír sus pavorosos llantos. Sin seguir mis instintos, intenté amoldarme a los expertos y llevé a Della a su cama a dormir sola desde bebé. La primera vez se encaramó a los barrotes de la cuna y se cayó al suelo de bruces. Ahora tenemos una cama de matrimonio que ambos niños (y a veces mi marido) y yo compartimos. Adoro mirar a los niños cuando duermen y adoro dormirme junto a ellos arrullada por el sonido tranquilizador de su respiración. Creo que la proximidad física que compartimos de noche en familia ha sido muy positiva para todos nosotros. Tengo la sensación de que la ideología de dormirse cada uno en su cama forma parte de un sistema que educa a las personas en el aislamiento social y decidí no escoger este camino.
Ellen McMahon

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Nos asustamos, sentimos pánico, pero la capacidad de aguante de las mujeres es inaudita, ellos lo llaman ánimo.
Annie Ernaux


[Alba Editorial. Traducción de Elena Vilallonga]

The Hateful Eight: 2 nuevos carteles



Próximamente: Cronomoto


De Kurt Vonnegut. En Malpaso Ediciones.

3 carteles de Sicario




Knight of Cups: 2º cartel


Legend: otros 2 carteles



jueves, agosto 13, 2015

The Hateful Eight: primer trailer


Próximamente: Cocodrilo


De David Vann. En Random House.

Cartel de The Quay Brothers in 35mm


miércoles, agosto 12, 2015

Leer como un profesor, de Thomas C. Foster


Ojalá hubiera tenido este libro cuando era estudiante, cuando ciertas enseñanzas de la literatura en el instituto (siempre españolas, casi siempre rancias, nunca acordes con nuestra edad) se me atragantaban. Pero, entonces, este libro aún no había sido escrito. Thomas C. Foster es profesor de literatura, además de escritor y articulista. Es posible que su libro, a un lector con experiencia, no le enseñe nada nuevo. Pero, en mi caso, y aunque llevo muchas lecturas en la memoria, siempre consigo aprender algo. Aquí el autor se propone enseñar (o mostrar, mejor dicho) cómo podemos detectar ciertas cosas en los textos literarios: la huella de los mitos, la resonancia de Shakespeare, los temas comunes, el subtexto, el origen de ciertos libros… Creo que los adolescentes deberían leerlo, si no entero, al menos unas cuantas partes.

Pese a que muchos de los detalles de los análisis que cuenta Foster ya me los sabía, repito que he aprendido: aún hay cosas que no sé, libros que todavía no he leído, clásicos que siempre me da pereza empezar… Me lo he pasado en grande leyendo este libro, que jamás cae en la condescendencia ni en el paternalismo ni en lo rancio. Foster sabe que, como lectores, debemos ser libres y seguir nuestro propio camino, elegir según nuestros gustos, leer lo que creemos que nos motiva. Él sólo sirve de guía, de cicerone. Por si fuera poco, menciona a un montón de autores que jamás citaron mis profesores de literatura: Thomas Pynchon, Robert Coover, Jack Kerouac, Tim O'Brien, Raymond Carver, Djuna Barnes, John Barth, Angela Carter… Esto no significa que se olvide de Homero, Joyce o Faulkner. En los análisis de Foster, todo cabe. Un par de pasajes:

Creo que actuamos así: al leer historias nos gusta lo extraño, pero también necesitamos lo familiar. Queremos que una novela nueva se distinga de todo cuanto hemos leído antes. Al mismo tiempo, precisamos que se parezca lo bastante a otras lecturas como para cobrar sentido. Si un texto consigue las dos cosas al mismo tiempo, extrañeza y familiaridad, se producen vibraciones, armonías que acompañan la melodía de la historia principal. Y dichas armonías provocan una sensación de amplitud, solidez, resonancia. Puede que esas armonías procedan de la Biblia, de Shakespeare, de Dante o de Milton, pero también de textos más humildes y familiares.

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Algunas de mis peores experiencias de lectura han tenido que ver con libros que "todo el mundo" estaba leyendo y elogiando. Una y otra vez, la experiencia me ha demostrado que, aunque yo sea "uno más", definitivamente no soy "todo el mundo". Lo que me gusta, lo que admiro, lo que descarto, solo puedo descubrirlo leyendo por cuenta propia.


[Turner Libros. Traducción de Martín Schifino]