Glamourama es la narración en primera persona de un modelo descerebrado y aspirante a actor que no se entera de nada y se pasa los días entre drogas, estrellas, desfiles, chicas rompedoras, sesiones de fotos y conversaciones en las que siempre le dicen que le vieron en sitios en los que no recuerda haber estado.
He leído por ahí que la divertidísima Zoolander está en parte inspirada en esta novela y no me sorprendería. Lo gracioso del libro es que el protagonista es un lelo y un ignorante y está empanado, lo que provoca la hilaridad del lector cada poco.
Todo esto hace que la historia sea confusa y ambigua (algo deliberado por parte del escritor), pues como el narrador cuenta una historia en la que no tiene ni puta idea de lo que está pasando... nos transmite lo mismo a los lectores: no sabemos si está rodando una película interminable o si su mente desquiciada cree que vive en un rodaje. Esto funciona, además, como metáfora de la banalidad y la simpleza de esas personas a las que sólo les interesa su imagen y que acaban convirtiéndose en la nada más absoluta... pues una cabeza hueca no puede conducir a otra cosa que al vacío... por mucha fama y mucho dinero que su propietario maneje.
Y, por cierto, me parece admirable la manera en la que Bret Easton Ellis es capaz de nombrar a todo aquel que, a finales de los 90, estaba en la onda en el mundo del cine, la moda y la música. Ahí están todos.
[Ediciones B. Traducción de Camila Batlles Vinn]