miércoles, junio 12, 2024

Charles Bukowski. Un disparo en la oscuridad, de Carlos Mármol

 


“Bukowski solo escribe un poema: la vida es una mierda. Pero todos admiten que lo escribe más poderosamente que nadie”. Desinhibida y exacta, esta frase de Don Strachan, reportero de Los Angeles Free Press, un diario underground californiano, presentaba hace medio siglo a sus lectores (gente sin coche que cogía el autobús en una ciudad atravesada por autovías) a un cincuentón con apellido alemán, herencia de un vago origen inmigrante, que decía ser escritor. El tipo había publicado algunos poemas, pasto de una tribu secreta, la mayoría en sencillos chapbooks, y cuentos en revistas de escasísima difusión y dudoso prestigio.

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Practicó la escritura como si fuera una mística, aunque su catecismo personal, su libro secreto de oraciones, nos hable de convicciones muy diferentes a las de cualquier religión estricta. Su mensaje: la belleza tiene su origen en la experiencia (ecuménica) de la vulgaridad. La trascendencia comienza en un callejón lleno de cubos de basura. La literatura de Bukowski es una grandiosa epopeya prosaica: el antihéroe se enfrenta en ella de forma agónica a un destino que frustra su vocación. Lucha para poder ser. ¿Triunfa? No importa en exceso. Lo trascendente es que libra su propia batalla. Y esta guerra es una vía de redención. La justificación de su existencia.



[Athenaica Ediciones]