domingo, julio 16, 2023

Guerra, de Louis-Ferdinand Céline

 

 

Para mí este hallazgo es el acontecimiento literario del año, sin duda. Me fascina Céline. Su Viaje al fin de la noche está entre las 10 mejores novelas que he leído en mi vida. Este manuscrito encontrado contiene la esencia del autor en estado puro: soez, visceral, mordaz, molesto, tormentoso, implacable… Un narrador que no hace concesiones y que observa el asunto de la guerra mientras se recupera de las heridas de la batalla en un hospital militar. Tras esta publicación llegará Londres, otro de los manuscritos encontrados, y se nos va a hacer larga la espera porque queremos más. Aquí van 2 fragmentos:

Perfecto, me dije, el viento sopla, Ferdinand, apareja tu galera, deja que se jodan todos estos cretinos, déjate llevar, no creas en nada. Te has roto más de dos tercios, pero con el trozo que te queda te vas a divertir, deja que te porte el aquilón favorable. Que duermas o no, tú tambaléate, folla, cojea, vomita, babea, pustula, febrila, aplasta, traiciona, no te cortes mucho, solo es cuestión del viento que sopla, nunca llegarás a ser tan atroz y tan imbécil como los demás. Avanza, eso es todo lo que te piden, tienes la medalla, eres guapo. En esta batalla de idiotas rematados por fin estás ganando sin esfuerzo, tienes una fanfarria particular en la cabeza, estás solo medio gangrenado, estás jodido, de acuerdo, pero ya has visto que en los campos de batalla no se condecora a la carroña, y a ti te han condecorado, que no se te olvide, serías un ingrato, una basura, un mierda seca, no valdrías más que el papel con que te limpias el culo.

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También era porque estaba a favor de la emancipación del hogar. Me había hartado de estar sin blanca, de estar hecho pedazos, desde la cabeza, las ideas, el oído, hasta el ojete, quería repararme de una manera u otra.
-Yo te cuidaré. Te haré joder como nunca… Si te portas como un niño bueno, me comerás el higo como a mí me gusta… Será como si estuviéramos casados. Pero tengo dos años más que tú, así que mando yo…
Sabía echarle intriga cuando escogía sus palabras. Yo la escuchaba y me hacía brincar de alegría la imaginación. No podía aguantarlo más. Donde hay vicio hay placer.




[Anagrama. Traducción de Emilio Manzano]