viernes, julio 01, 2022

La amistad de dos gigantes. Correspondencia (1960 – 2007), de Miguel Delibes y Francisco Umbral

 

 

Si eres lector de Delibes y de Umbral no te puedes perder esta correspondencia. Está repleta de datos que yo desconocía (por ejemplo, que el hijo de Umbral y la mujer de Delibes murieron el mismo año, lo que les hundió en un pozo casi en las mismas fechas), de frases ingeniosas de los dos escritores, de toques de humor, de una complicidad cachonda entre ambos que les lleva a bromear con el parecido entre su amistad y un noviazgo, de análisis breves sobre sus intercambios de libros (donde suele primar la alabanza, pero donde no se callan si tienen que criticarle algo a la novela del otro)… Delibes se muestra como el maestro venerable y sereno y Umbral como el padawan rebelde y polémico. Quizá lo que más me ha llamado la atención es que aquí Umbral hace ciertas confesiones (depresión, tristeza, etc) que lo alejan del personaje que se creó en la literatura y le crearon en los medios. He apuntado algunas de las frases de ambos y al lado pongo su autoría y el año en que fueron escritas:


En fin, siempre me ha costado sangre lo poco que he conseguido en la vida y no van a cambiar ahora las cosas.
Francisco Umbral, 1964

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El retraso en la lectura es mi vida cada día más agitada y a mi edad, mechada más de agonías y entierros que de bodas y bautizos.
Miguel Delibes, 1969

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No escribo a lo loco, ni mucho menos. Yo no tengo la culpa de ser rápido, de tener salud y ganas de escribir. Pero lo cierto es que los grandes editores todavía no me han descubierto. Me siento como la que está buena y no se casa.
Francisco Umbral, 1969

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Perdona las inexactitudes de mi artículo. Ya sabes que importa más la verosimilitud que la veracidad.
Francisco Umbral, 1970


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Escribir es mi única redención, mi única realización. Es mi manera de estar en el mundo. Una especie de locura. Quisiera quemarme escribiendo y viviendo, y te aseguro que a veces duelen las quemaduras.
Francisco Umbral, 1970

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Tú notarás en tu próxima novela los 100.000 ejemplares que diariamente tiramos de tus crónicas. Ya lo verás. En los periódicos se hace la cama a los libros.
Miguel Delibes, 1970

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Yo he puesto en circulación docena y media de libros, algunos muy malos, otros malos y otros menos malos. Tengo nada más 49 años. ¿Qué razón hay para glosar estos años en una colección formada por muertos? Creo una obligación moral hacer ver esto a la editorial. Esta empresa –conmovedora para mí– puede resultar risible (no tu libro, por supuesto, sino el mero hecho de figurar yo ahí).
Miguel Delibes, 1970

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Mis valores literarios son de tipo lírico, de lenguaje, de observación, de descripción, ironía, ideas o visiones personales, etc., pero las pasiones humanas las veo con bastante escepticismo, vibro más con la plástica y la estética que con los conflictos del hombre, y así no se puede ser novelista, aparte de mi consustancial torpeza para hilvanar una acción, cosa que por otra parte no me interesa nada, pues inventar no me divierte, y lo que me apasiona es hacer literatura de lo que previamente he vivido.
Francisco Umbral, 1971

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No he conseguido cuajar una obra seria y me estoy acercando a los cuarenta. Está claro que ya no lo voy a conseguir nunca.
Francisco Umbral, 1971

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Una cosa es el ritmo de escritor y otra el de creador. Que escribes con enorme facilidad nunca lo he dudado, pero sigo pensando que las novelas las maduras poco, que te pones a escribirlas antes de haber resuelto en la cabeza los problemas y dificultades que aquellas crean. Por otra parte, me parece muy bien que no te guste inventar historias (a mí me gusta cada vez menos leerlas).
Miguel Delibes, 1971

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Le das demasiado color a eso de los cincuenta años. Como si nadie los hubiera cumplido nunca. Yo espero empezar a vivir cuando los cumpla.
Francisco Umbral, 1971

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Como tú y yo estamos padeciendo el mismo terrible trauma, no sé qué aconsejarte, por otra parte. Hay una manera de huir hacia delante, como hacen los toros ante el torero y como hago yo, que es embestir a la vida y hacer muchas cosas. Una forma de huida tan cobarde como cualquier otra. Me muevo entre el ansia de soledad y el miedo a la soledad, como imagino que te pasa a ti. Cuando las cosas nos cogen con miedo a la soledad, las aceptamos. Cuando nos cogen con ansia de soledad, huimos de ellas.
Francisco Umbral, 1975


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Algo hay que hacer cuando se tiene la vida con el eje roto ya para siempre y, por cobardía o por pura exigencia moral, decide uno seguir viviendo. Manteniendo una figura y una cara ante la gente.
Francisco Umbral, 1976

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Gracias por tu carta y tus elogios. No se trata de capacidad de superación, en mi caso, sino de que la escritura es mi caza y mi pesca. Cada día estoy más hundido y sólo el trabajo me salva un poco.
Francisco Umbral, 1976

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Tú lo que tienes es una depresión de caballo. Nada más. Las otras cosas derivan de esta. Y lo que tienes que hacer es ayudar al bruto a salir del hoyo, no encerrarte en casa ni pensarte demasiado.
Miguel Delibes, 1987

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Vive hacia fuera (esposa, flores, amigos, artículos) y cuando te canses vete a dormir. La reflexión en las depresiones es muy nociva y únicamente conduce a más depresión. Hazme caso.
Miguel Delibes, 1987

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Aparte de tu reconocido talento, tienes con las palabras el mismo poder que el mago con los conejos y el encantador con las serpientes. Escribes como meamos.
Miguel Delibes, 1996




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