martes, diciembre 05, 2017

Indian Creek. Un invierno a solas en la naturaleza salvaje, de Pete Fromm


Libro de culto en Estados Unidos, escrito por Pete Fromm en los 90, Indian Creek es la crónica de un joven que aceptó un trabajo de unos ocho meses en un paraje en el que las temperaturas alcanzarían los 40º bajo cero en invierno, viviendo solo en una tienda en la confluencia entre dos arroyos. Lo cuenta el propio autor en las primeras páginas:

Desde mediados de octubre hasta mediados de junio, sería responsable de dos millones y medio de huevas de salmón implantadas en un canal entre dos arroyos. La carretera más cercana se encontraba a sesenta y cinco kilómetros de distancia; la persona más cercana, a ciento quince. Si me interesaba, concluyó, sólo podía darme dos semanas para prepararme.
Cada vez prestaba menos atención a lo que me decía. Todo me parecía perfecto. Al fin iba a descubrir en qué consistía la vida de un hombre de las montañas. ¿Fantasía o realidad? ¿Infierno o gloriosa libertad? Independientemente de lo que descubriera, estaba seguro de que acabaría con algo que contar, con una historia propia.

Es importante señalar que Pete Fromm, al igual que hicieron Cheryl Strayed y Chris McCandless (véanse Alma salvaje y Hacia rutas salvajes, respectivamente), no contaba con demasiados conocimientos sobre la supervivencia en los bosques. Esta falta de preparación desemboca en tropiezos, errores y extravíos que, al final, resultan ser lo más interesante del libro. Porque, con los tres nombres citados, nombres de personas reales (Strayed, Fromm, McCandless), el lector habitual de ciudad se pone en sus pellejos: tenemos empatía hacia ellos porque a nosotros, probablemente, nos habría pasado lo mismo.

Indian Creek es una crónica sobre la supervivencia, pero también sobre la soledad. De cómo un hombre se desespera y está a punto de volverse loco porque sólo puede compartir las 24 horas del día con un perro pequeño y con los cazadores que, ocasionalmente, se acercan por la zona. Durante unos días regresa a la civilización para asistir a la boda de un amigo, pero ya nada es lo mismo: aunque necesitaba salir de la soledad, en cuanto regresa a la ciudad y a juntarse con las personas, lo único que quiere es volver a la zona forestal. Quien lea Indian Creek pensando que va a encontrar una especie de Thoreau, con reflexiones sobre la naturaleza, es muy posible que salga decepcionado. Repito que Fromm escribió un libro sobre supervivencia y sobre cómo vivir en las montañas nos hace pagar un precio alto (soledad, hambre, frío, amenaza de animales salvajes, desorientación cuando uno se aleja de los caminos…). Pero no debería ser incompatible la lectura de uno y otro. A mí, por cierto, me gustan ambos.


[Errata Naturae. Traducción de Carmen Torres García]