miércoles, junio 28, 2017

El cristiano mágico, de Terry Southern


Tengo este libro (una novela breve, de unas 150 páginas) desde que salió, y aún estaba pendiente de lectura. Southern es más conocido por sus artículos y reportajes de A la rica marihuana y otros sabores, y sin embargo prefiero esta novela, que fue llevada al cine con Peter Sellers y Ringo Starr (en España la bautizaron con el horrendo título de Si quieres ser millonario, no malgastes el tiempo trabajando), pero no recuerdo haberla visto.

El cristiano mágico es un festín cómico de principio a fin y trata de Guy Grand, un pintoresco millonario que utiliza su dinero para gastar bromas a los demás, para hacerles ver que todo el mundo tiene un precio, para divertirse y para crear el caos allá donde hay armonía. A un hombre que observa que a Grand le han puesto una multa en el coche, le ofrece seis mil dólares por comerse esa multa… y el tipo, aunque se ofende y se enfurece, acaba tragándose el papel por dinero. Y Grand le dice: En realidad no hace falta que se lo coma todo. Tan solo quería comprobar cuál era su precio. Pero, a mayor escala, sus travesuras son más propias de chiflado: Guy es capaz de comprar cines y periódicos para intervenir en el montaje de las películas que proyecta y confundir a los espectadores y para introducir palabras en otros idiomas en las noticias. En los melodramas televisivos se las arregla para que los actores digan frases inesperadas, barbaridades que se le ocurren a él y que no guardan relación con los guiones y escandalizan al personal. El Cristiano Mágico es el nombre de un transatlántico de pasajeros que compra para preparar una de las suyas, tal vez su mejor hazaña.

Prefiero no desvelar más. Buscad el libro, leedlo y pasaréis un rato divertido, como ver una peli de los Hermanos Marx o, por mencionar a alguien ya citado, como ver las andanzas locas de Peter Sellers en sus filmes. Southern es un maestro del humor y de la sátira, lo cual ya demostrara en unos cuantos de sus guiones para el cine.


[Impedimenta. Traducción de Enrique Gil-Delgado]