miércoles, diciembre 14, 2016

La ola que regresa (Poesía reunida), de Fabio Morábito



SEIS LAGARTIJAS

I

¿Quién escribe en los muros?
¿Quién inventa los chistes?
¿Quién sella los refranes?

Es un puro regalo
que todos nos hacemos
esa escritura nómada,

anónima, interior,
que todos entendemos.
Una ciudad sin ella

no es nada, está bien muerta,
el exterior la come,
ya no se vive a sí,
ya no es capaz de un nombre.

II

La ciudad tiene lugares
donde no sucede nada,
lotes baldíos ocultos

tras una barda. Afuera,
un número de teléfono
se despinta, nadie compra.

Protegidos por el muro,
asciende la lagartija,
se espesa el matorral entre

basuras. Si hay otra vida,
que sea así. Atrás de un muro
ser sólo botellas rotas,
latas rendidas de lluvia.

**

EMIGRANTES

Los tíos se mueren lejos,
en medio está el Atlántico,
los primos envejecen.
Desde hace años
no nos mandamos otras fotos
que las de nuestros hijos.
Ya no tenemos nada que decirnos.
Qué enorme goma de borrar
es el océano,
con más verdad
que todas las promesas.
Ahora, si escribiera,
escribiría a los que ya murieron:
a Ettore, por ejemplo,
o a mi tío Roberto;
se han vuelto los parientes
más cercanos,
se han vuelto transparentes.
Tal vez espero
que los otros mueran
para amarlos,
para entenderlos,
para decir
crucé el Atlántico de veras.

**

A TIENTAS

Cada libro que escribo
me envejece,
me vuelve un descreído.
Escribo en contra
de mis pensamientos
y en contra del ruido
de mis hábitos.
Con cada libro
pago un viaje
que no hice.
En cada página que acabo
cumplo con un acuerdo,
me digo adiós
desde lo más recóndito,
pero sin alcanzar a ir muy lejos.
Escribo para no quedar
en medio de mi carne,
para que no me tiente el centro,
para rodear y resistir,
escribo para hacerme a un lado,
pero sin alcanzar a desprenderme.


[Fondo de Cultura Económica]