lunes, agosto 01, 2016

Escribir, de Marguerite Duras


Escribir reúne 5 textos breves, casi todos nacidos al hilo de algunos cortometrajes, a saber: "Escribir", "La muerte del joven aviador inglés", "Roma", "El número puro" y "La exposición de la pintura", de los cuales el mejor es el primero, el más famoso y mencionado (conocemos algunos de sus aforismos porque Enrique Vila-Matas los cita a menudo), el que da el título al volumen y el que dota de sentido al conjunto. Sus reflexiones sobre la escritura son para subrayar y releer. Aquí van algunas de ellas, todas recogidas del primer texto: 

Alrededor de la persona que escribe libros siempre debe haber una separación de los demás. Es una soledad. Es la soledad del autor, la del escribir. Para empezar, uno se pregunta qué es ese silencio que lo rodea. Y prácticamente a cada paso que se da en una casa y a todas horas del día, bajo todas las luces, ya sean del exterior o de las lámparas encendidas durante el día. Esta soledad real del cuerpo se convierte en la, inviolable, del escribir.

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Escribir: es lo único que llenaba mi vida y la hechizaba. Lo he hecho. La escritura nunca me ha abandonado.

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En la vida llega un momento, y creo que es fatal, al que no se puede escapar, en que todo se pone en duda: el matrimonio, los amigos, sobre todo los amigos de la pareja. El hijo, no. El hijo nunca se pone en duda. Y esa duda crece alrededor de uno. Esa duda está sola, es la de la soledad. Ha nacido de ella, de la soledad.

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La duda, la duda es escribir. Por tanto, es el escritor, también.

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Si no hubiera escrito, me hubiera convertido en una incurable del alcohol. Es un estado práctico: estar perdido sin poder escribir más… Es ahí donde se bebe. Ya que uno está perdido y ya no tiene nada que escribir, que perder, uno escribe. Mientras el libro está ahí y grita que exige ser terminado, uno escribe.

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Para abordar la escritura hay que ser más fuerte que uno mismo, hay que ser más fuerte que lo que se escribe.

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La escritura es lo desconocido. Antes de escribir no sabemos nada de lo que vamos a escribir. Y con total lucidez.

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Escribir es intentar saber qué escribiríamos si escribiésemos –sólo lo sabemos después– antes, es la cuestión más peligrosa que podemos plantearnos. Pero también es la más habitual.


[Tusquets Editores. Traducción de Ana María Moix]