Hace 19 horas
lunes, junio 06, 2016
Toca el piano borracho como un instrumento de percusión hasta que los dedos te empiecen a sangrar un poco, de Charles Bukowski
rostro de candidato político en una valla publicitaria
ahí está:
no demasiadas resacas
no demasiadas peleas con mujeres
no demasiadas ruedas pinchadas
nunca un pensamiento suicida
no más de tres dolores de muelas
nunca se saltó una comida
nunca encarcelado
nunca enamorado
7 pares de zapatos
un hijo en la universidad
un coche del año
pólizas de seguros
un jardín muy verde
cubos de basura con tapa hermética
va a salir elegido.
**
los orgullosos moribundos flacos
veo a los pensionistas en los
supermercados y están flacos y son
orgullosos y se están muriendo
se están muriendo de pura hambre y no dicen
nada. tiempo atrás, entre otras mentiras,
les enseñaron que el silencio era
valentía. ahora, después de toda una vida trabajando,
la inflación los ha atrapado, miran a un lado y otro,
roban una uva
la mastican, al final hacen una mínima
compra, para el día.
otra mentira que les inculcaron:
no robarás.
prefieren morirse de hambre antes que robar
(una uva no los va a salvar)
y en cuartuchos diminutos
leyendo la publicidad del súper
morirán de hambre
morirán sin hacer un solo ruido
y los sacarán de la pensión
muchachos rubios de pelo largo
que los subirán en camilla al
coche y marchando, esos
muchachos
de apuesta mirada
que andan pensando en Las Vegas y en coños y
triunfos.
es el orden de las cosas: a todos
nos dan a probar la miel
luego el cuchillo.
[Visor Libros. Traducción de Ciro Arbós]