miércoles, enero 20, 2016

República del aire, de Joaquín Fabrellas


PAISAJE REBELDE

Mirad cómo llega el prado hasta el agua,
cómo granza el cuervo en su indiferencia:
la niebla lame la roca que lame la lluvia.
El pueblo a lo lejos calla la música:
los barcos estallan su ruido de animales melancólicos.
Los anuncios que celebran este lenguaje inventado
como si hubiésemos ganado algo,
como si fuésemos muy felices
en esta infelicidad patrocinada
por un sistema organizado por suicidas anónimos.
Las mujeres hermosas con el orgullo de la falacia
de su belleza regalando el brillo de sus ojos
a los ciegos que las miran desde el quirófano.
La luz ensucia esta escena
porque nadie sabe interpretar la belleza.
El cisne escarba entre la mierda trozos de plástico
de algún amor improvisado,
contempla este paisaje,
esta belleza absurda
de todos los hombres que pasan
y no entienden lo que han visto.

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INVERTIDO

Para las criaturas subterráneas
las raíces son las ramas.

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NARCISO

………………………a Sergio Franco

Les odio por lo que son,
por su forma de moverse, por cómo hablan,
por todo aquello que piensan y defienden sin temor.
Detesto su forma de pensar,
sus palabras hirientes,
el olor que desprenden es injusto,
odio la gesticulación cobarde del comienzo,
sus palabras sucias,
procedentes de algún idioma animal.
La vida suya sin argumento,
detesto su insignificancia,
su mediocridad manifiesta.
Añoren la soledad
que nunca llegarán a tener de nuevo.
Les odio tanto porque me recuerdan
minuciosamente
cada palabra, cada gesto
a la cobarde apariencia
de mí mismo ante el espejo.


[Ediciones de La Isla de Siltolá]