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domingo, enero 31, 2016
viernes, enero 29, 2016
Así en el cine como en la vida, de Juan Francisco Ferré
En Playtime hablo de esta recopilación de ensayos sobre cine (en breve pondré el link). Aquí va un extracto de uno de ellos, el de apertura del libro:
El cine de nuestro tiempo, como la economía, la cultura, la estética, la tecnología, la información o las formas de vida, se ha vuelto global. En este sentido, dados los nuevos hábitos de consumo cultural globalizado, un blockbuster de Hollywood puede encerrar tanta verdad y tanta mentira sobre el mundo contemporáneo como una película china, mejicana, rusa, filipina, taiwanesa o tailandesa financiada en parte con capital francés, americano, alemán, belga, coreano o japonés.
Pero el cine no está solo, ni es ya el medio dominante. Sus rivales más poderosos, sin mencionar las redes sociales, serían la televisión, como difusora de la publicidad, creadora de innovadoras series de ficción y productora de programas masivos de telerrealidad; y, sobre todo los videojuegos, con su manejo de espacios de ficción cada vez más complejos y atractivos donde el jugador se sumerge como protagonista y no sólo como espectador. Y es que vivimos en un mundo donde la necesidad de historias consumidas de manera pasiva está siendo superada por experiencias intensas de interacción y participación.
Por otra parte, los modos de vida están mutando desde el momento en que cada individuo no es sólo consumidor pasivo sino actor o participante hiperactivo de su vida y de la de los otros enarbolando cámaras para registrar momentos íntimos o episodios cotidianos que se incorporan a la percepción general a través de canales cada vez más universalizados y colectivos como Internet. De modo que el cine, ya no es sólo el arte que se consume en pantalla grande ni en la pequeña pantalla casera, ni en ninguna de las pequeñas pantallas de última generación, sino que es esta renovada dimensión mediática en que ingresarían las vidas individuales como consecuencia del narcisismo o el voyerismo generalizados de la mano de la más alta tecnología de producción y reproducción de imágenes.
[Excodra Editorial]
jueves, enero 28, 2016
miércoles, enero 27, 2016
Un hombre sencillo, de André Baillon
Jean Martin es un escritor ingresado en un hospital psiquiátrico, donde mediante cinco confesiones tratará de contar qué le ha llevado a la locura. En primer lugar, la ausencia de silencio para poder trabajar en calma: desde el cuarto en el que escribe, no cesa de escuchar ruidos y conversaciones:
Ahora, piense en el silencio: esa serenidad, esa presencia que no vemos, ese algo en lo que nada se mueve, tan calmo, tan extenso, tan dulce que uno ya no sabe si hincarse de rodillas con los brazos alzados al cielo para rezar o para llorar. Haga usted la cuenta: el "¡tesoro!" continuo de la señora, los kilos del señor, las natillas de la portera, los coches, los pianos, las mandolinas, los fonógrafos, los violines de esos tipos que venían al patio a cantar con voz destemplada. ¿Cuál es el total para un escritor que desea trabajar en silencio?
Jean Martin sólo busca paz, paz para su cabeza porque los problemas se han acumulado en su vida: la falta de dinero, lo agotadora que es París, los libros y los proyectos… Al principio está liado con dos mujeres, circunstancia que, como sabía Bukowski, significa el doble de problemas. Deja a una de ellas y se establece con la otra, que ya tiene una hija. Pero esa hija, que ahora es su hijastra, crece y el hombre se ve atraído por ella y esto deviene en más problemas de cabeza, de conciencia, de culpa…
Buena novela, muy adecuada para estos tiempos en los que el escritor sigue buscando silencio para trabajar sin ruidos ni interrupciones, y que supongo estará inspirada en algunos hechos reales porque, leyendo la biografía de André Baillon en la solapa del volumen, sabemos que estuvo ingresado en un sanatorio, que mantuvo relaciones tormentosas e intentos de suicidio, y que finalmente se mataría con somníferos en 1932. Como mera anécdota: en el par de días que leí el libro, también fui a ver la película El hijo de Saúl, donde un prisionero se obstina en enterrar a su hijo, y en la novela encontré esta frase que se ajusta totalmente al significado de la película: Sólo estamos muertos de verdad una vez que nos entierran… A veces hay extrañas e inesperadas conexiones entre lo que vemos y lo que leemos.
Un extracto del principio:
Tuve suerte. Cuando uno desembarca en París con una maleta llena de manuscritos, rara vez encuentra editor de la noche a la mañana. Sin embargo, yo me topé con uno. El primer manuscrito se convirtió en un libro; los siguientes, también. Para un escritor apenas si cuentan los libros ya consumados, los que cuentan son los que va a escribir. Yo tenía muchos en proyecto.
[Errata Naturae. Traducción de Vanesa García Cazorla]
lunes, enero 25, 2016
El padre (Las novelas de Patrick Melrose), de Edward St. Aubyn
El padre reúne tres novelas cortas del escritor británico Edward St. Aubyn: Da igual, Malas noticias y Alguna esperanza, todas ellas vinculadas entre sí, pues siguen la deriva de Patrick Melrose, personaje inspirado en el propio autor, aunque los libros contienen algunas vetas de ficción.
En Da igual, la más breve y quizá la mejor de las tres, conocemos al protagonista a la edad de 5 años: justo el día en que sus padres han invitado a unos amigos a cenar. St. Aubyn nos descubre a una madre alcoholizada y a un padre autoritario y brutal que viola a su propio hijo antes de esa cena. Aquel episodio marcará para siempre al personaje, que en Malas noticias es ya un joven que debe viajar a Nueva York para recoger las cenizas del padre, que acaba de morir. Patrick Melrose es aquí un hombre atormentado por los abusos y las palizas de su infancia, metido en una de esas espirales de drogas, alcohol, pastillas y autodestrucción que tanto nos gustan en la literatura. En Alguna esperanza también han pasado algunos años y Melrose se plantea cómo contarle aquellas agresiones a su mejor amigo y cómo pasar página y olvidar aquello mientras el círculo de amigos y de viejos conocidos de su padre se reúnen en sociedad para alimentar sus vidas frívolas.
Cada una de las novelas transcurre en un plazo breve de tiempo y todas están escritas en tercera persona, como si St. Aubyn quisiera verse desde fuera, pero esta elección narrativa también indica que nos encontramos ante una ficción (aunque contenga mucho de autobiográfico), por cuanto el narrador a veces se introduce en los pensamientos de los personajes. En la primera y en la tercera, el protagonismo es colectivo, pues conocemos las mentiras, las traiciones y las costumbres de una serie de snobs, amigos de Patrick o de su familia o de ambos. En la segunda, en cambio, la novela está centrada exclusivamente en Patrick. Los tres libros nos hablan de cómo los abusos se convierten en traumas y cómo arrastran a una persona para el resto de su vida: esa herida nunca se cierra por completo, como ya vimos en Instrumental, las memorias de James Rhodes. En suma me han gustado, quizá algo menos de lo que esperaba porque las expectativas estaban muy altas. Aquí van tres breves frases del libro:
La imagen que había ido construyendo a lo largo de los años le convencía más que la realidad que se encontró al volver a visitar el lugar.
**
Si la cura mediante la palabra es nuestra religión moderna, entonces la fatiga narrativa tiene que ser su apoteosis.
**
Solo puedes renunciar a las cosas cuando empiezan a decepcionarte.
[Random House. Traducción de Cruz Rodríguez Juiz]
viernes, enero 22, 2016
Cult Movies: Películas para la penumbra, de Vicente Muñoz Álvarez
En breve colgaré el enlace a mi reseña en Playtime sobre este delicioso libro. Para ir haciendo boca, os dejo con un extracto de la introducción del propio Vicente (cuando acaba de mencionar el libro previo, Cult Movies: Películas para llevarse al infierno, y pasa al título que nos ocupa):
Copio y pego de allí estas palabras porque son igualmente aplicables a este segundo volumen de Cult Movies: Películas para la penumbra, y describen certeramente el porqué de ambos. Y vuelvo a recordar, como entonces, que: “No soy crítico de cine, soy narrador y poeta, y por lo tanto nunca me planteé escribir ensayos técnicos ni concienzudos sobre las películas seleccionadas, sino más bien comentarios apasionados de las mismas que impulsaran a los lectores a videarlas sin complejos.”
En esta ocasión, eso sí, he aumentado el número de reseñas (a 132) e intentado elegir películas menos conocidas (salvo un puñado de excepciones que no puede resistirme a incluir: Moby Dick, Los inocentes, ¿Qué fue de Baby Jane?, El resplandor, Al final de la escalera y unas pocas más), y me he centrado especialmente en filmes de los años 70, un período, a nivel creativo, fascinante y experimental, al que le tengo especial cariño.
Aunque, llegados a este punto y antes de entrar en materia, se plantea la pregunta: ¿Qué es una película de culto? Wikipedia nos dice al respecto: “Película de culto se refiere a cualquier tipo de producción cinematográfica que ha adquirido alguna clase de culto popular, ya sea por su formato, su producción, su trama o su significado histórico. Las películas de culto son frecuentemente señaladas como polémicas debido a que incluyen ideas o temas notablemente controvertidos o a que, siendo más convencionales
en su temática, la presentan de un modo alejado de los convencionalismos estéticos o narrativos.”
Suscribo, por supuesto, estas palabras, aunque añado, para finalizar, que yo me he guiado en esta selección, además, por mi propio culto e instinto: el que mi criterio me dicta.
[Excodra Editorial]
jueves, enero 21, 2016
miércoles, enero 20, 2016
República del aire, de Joaquín Fabrellas
PAISAJE REBELDE
Mirad cómo llega el prado hasta el agua,
cómo granza el cuervo en su indiferencia:
la niebla lame la roca que lame la lluvia.
El pueblo a lo lejos calla la música:
los barcos estallan su ruido de animales melancólicos.
Los anuncios que celebran este lenguaje inventado
como si hubiésemos ganado algo,
como si fuésemos muy felices
en esta infelicidad patrocinada
por un sistema organizado por suicidas anónimos.
Las mujeres hermosas con el orgullo de la falacia
de su belleza regalando el brillo de sus ojos
a los ciegos que las miran desde el quirófano.
La luz ensucia esta escena
porque nadie sabe interpretar la belleza.
El cisne escarba entre la mierda trozos de plástico
de algún amor improvisado,
contempla este paisaje,
esta belleza absurda
de todos los hombres que pasan
y no entienden lo que han visto.
**
INVERTIDO
Para las criaturas subterráneas
las raíces son las ramas.
**
NARCISO
………………………a Sergio Franco
Les odio por lo que son,
por su forma de moverse, por cómo hablan,
por todo aquello que piensan y defienden sin temor.
Detesto su forma de pensar,
sus palabras hirientes,
el olor que desprenden es injusto,
odio la gesticulación cobarde del comienzo,
sus palabras sucias,
procedentes de algún idioma animal.
La vida suya sin argumento,
detesto su insignificancia,
su mediocridad manifiesta.
Añoren la soledad
que nunca llegarán a tener de nuevo.
Les odio tanto porque me recuerdan
minuciosamente
cada palabra, cada gesto
a la cobarde apariencia
de mí mismo ante el espejo.
[Ediciones de La Isla de Siltolá]
martes, enero 19, 2016
lunes, enero 18, 2016
Mis 15 películas de 2015
En el blog de Juan Francisco Ferré sale esa lista, que también reproduzco aquí. Os invito a entrar en su blog y leer las elecciones del resto de colaboradores de esta propuesta siempre estimulante: además del propio Ferré y de mí, están las listas de Marta Álvarez, Manuel Arias Maldonado, Noel Ceballos,
David Leo García, Txema Martín, Vicente Molina Foix, François Monti y José Ramón
Ortiz: aquí.
Mis películas favoritas de 2015 (aún no he visto algunos títulos importantes del año pasado por falta de tiempo y de oportunidad, pero lo remediaré en 2016):
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Mis películas favoritas de 2015 (aún no he visto algunos títulos importantes del año pasado por falta de tiempo y de oportunidad, pero lo remediaré en 2016):
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1-Mad Max: Fury Road (George Miller)
2-Puro
vicio (Paul Thomas Anderson)
3-Nightcrawler (Dan Gilroy)
4-Lost River (Ryan Gosling)
5-Maps to the Stars (David Cronenberg)
6-Whiplash (Damien Chazelle)
7-Me and Earl and The Dying Girl (Alfonso Gómez-Rejón)
8-Spectre
(Sam Mendes)
9-Birdman
(Alejandro González Iñárritu)
10-American Sniper (Clint Eastwood)
11-Slow West (John Maclean)
12-Sicario
(Denis Villaneuve)
13-El
puente de los espías (Steven Spielberg)
14-Night Moves (Kelly Reichardt)
15-Star Wars. The Force Awakens (J. J. Abrams)
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[Mención
especial para Love (Gaspar Noé), que no se ha estrenado en España, y para Sueño
de invierno (Nuri Bilge Ceylan), que es de 2014, pero yo he visto hace unos
días]
Adiós en azul, de John D. MacDonald
El nombre de John D. MacDonald suele evocar una historia, The Executioners, que el cine adaptó en 2 ocasiones, ambas con bastante fortuna, a mi entender: El cabo del terror (J. Lee Thompson) y El cabo del miedo (Martin Scorsese). Adiós en azul, que parece que llevarán pronto al cine, es la primera de las novelas protagonizada por Travis McGee, un extraño detective que trabaja de la siguiente manera: si le quitan algo a alguien, él se encargará de recuperarlo, y su precio será la mitad de ese botín recuperado, sea lo que sea. McGee es un tipo peculiar: tanto en su forma de vida como en sus relaciones con las mujeres y sus métodos, alguien duro en apariencia pero dotado de buen corazón porque, al final, su cometido es ayudar a quienes se encuentran desvalidos. Un fragmento:
Dejó el periódico a un lado y dijo con aspereza:
-Cierra la puerta y acerca aquí esa silla, McGee.
-El orgullo reconstruye muy rápido los muros derruidos. Y redibuja el pasado para adecuarlo a las propias necesidades.
Me miró fijamente y dijo:
-Eres muy listo, muchacho. Yo había bebido una burrada, estaba alterado por lo de Angie y agotado por todos los negocios que había estado cerrando últimamente.
-Es obvio que me aproveché de ti, George.
-Quiero saber en qué punto estamos, McGee.
-¿En qué sentido?
-Te lo advierto, muchacho, el peor error que puedes cometer es intentar utilizar algo de lo que te conté contra mí. No voy a intentar comprar tu silencio, si eso es lo que buscas. Yo también puedo ser duro. Jodidamente duro.
-¿Te vas a hacer el duro?
-Me lo estoy pensando.
[Libros del Asteroide. Traducción de Mauricio Bach]
Manolo D. Abad: Premio de la Crítica a la columna periodística
Unas semanas atrás vino Manolo D.
Abad por Madrid. Nos conocemos por internet desde hace años, pero sólo nos
hemos visto un par de veces. Manolo me regaló los dos libros que acaba de
publicar en la Colección Turbulencias. Un poco después, a principios de enero,
le otorgaron en Asturias el Premio de la Crítica a la columna periodística, por
los artículos que escribe desde hace tiempo en el diario El Comercio. Desde
aquí le damos la enhorabuena. Os dejo con las cubiertas de la novela Elevator y
del libro de relatos Justos por pecadores:
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