lunes, junio 01, 2015

¡Noticia bomba!, de Evelyn Waugh


¡Noticia bomba! (con el subtítulo Novela de periodistas) es el horrendo título con el que, en España, se ha conocido siempre a Scoop, la célebre obra de Evelyn Waugh sobre el mundo periodístico y los corresponsales. No diría, como afirmó Gore Vidal, que es el libro más divertido que haya leído jamás, pero sí es uno de los más desternillantes: es una comedia de enredo en la que, por una confusión de nombres, envían a un triste columnista de prensa como corresponsal de guerra, cuando en realidad debería haber ido un famoso escritor con mucho oficio y varias obras en su currículum (novelas, libros históricos y de viajes, etc). Todo esto sirve para satirizar el mundo de la prensa, que siempre se ha regido por intereses y por la creación de noticias (que sólo lo serán cuando se publiquen). Evelyn Waugh tenía mala leche, pero era una mala leche ácida, llena de ingenio y humor, y eso se nota en la novela, de la que os dejo unos diálogos:

-A mí no me interesa el comercio. Voy a informar sobre la guerra.
-La guerra no es más que comercio.

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-Todos los diarios mandan enviados especiales.
-¿Y todos los diarios tienen además las informaciones que les venden tres o cuatro agencias?
-Sí.
-Pero, si vamos a mandar todos la misma crónica, ¿no es un despilfarro?
-Como mandemos las mismas, seguro que habrá jaleo.
-¿Y no será muy confuso si enviamos informaciones diferentes?
-Bueno, así tienen oportunidad de escoger. Cada diario tiene su propia línea editorial, de modo que todos darán noticias diferentes.

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-Sabe una cosa, todavía le queda mucho que aprender sobre periodismo. Mírelo de este modo. Una noticia es aquello que le interesa a un tipo al que nada le importa apenas. Y sólo es noticia hasta el momento en que lo ha leído. Después ya no lo es. A nosotros nos pagan por dar noticias. Si un colega ha enviado la noticia antes que nosotros, la nuestra ya no lo es. Naturalmente, queda la nota de color. Los reportajes con una nota de color no son más que mucho alboroto por nada. Son fáciles de escribir y fáciles de leer, pero como cuestan muy caros de telégrafo, no podemos enviar más de la cuenta. ¿Entiende?


[Editorial Anagrama. Traducción de Antonio Mauri]