miércoles, junio 03, 2015

Mi marido es un mueble, de Esteban Gutiérrez Gómez


EN EL MUNDO DE YUPI

Me llamó a media tarde. Solo para charlar un rato, un kit-kat en el trabajo. Se la oía deliciosa.
Volvió a llamarme sobre las ocho, para ver si podía ir a recogerla a la estación. Estaba eufórica. El fin de semana, los planes, ya se sabe. No me dejó contestar, prefería que fuese friendo unos filetes para la cena.
Así tenemos más tiempo.
A su hora sonaron las llaves en la cerradura de la puerta y fui a buscarla al recibidor. Nos besamos. Un beso de veinte segundos, de esos que prometen futuros cercanos llenos de pasión.
Y fue al entrar en la cocina, al ver la nueva sartén de tres capas de teflón sobre la vitrocerámica, cuando empezó la tormenta.
No sé por qué te mando nada. ¿No ves que era nueva, que estaba sin estrenar?
Para dos filetes de mierda tienes que ensuciarla…
Claro, como luego no la limpias tú.
Desde luego hijo, vives en el mundo de Yupi.
Intenté decir algo, intenté razonar, pero solo escuchaba añejas palabras de reproche. Siguió con las quejas y las recriminaciones hasta llegar a la habitación. Los ecos de su letanía rebotaban por el pasillo como pelotas de acero hasta llegar a la cocina.
Cogí la sartén y vacié los filetes sobre un plato. Empapé la esponja con agua caliente y, sin ningún detergente, tal como indicaban las instrucciones de limpieza impresas en la funda de cartón, acaricié la superficie de triple teflón. La suciedad se deslizó hacia el sumidero como un patinador por una pista de hielo. Enjuagué la sartén y la sequé con un paño. Quedó como si todavía estuviese sin estrenar. Le coloqué su funda y la guardé en el armario. Luego me senté frente al televisor.
Ya no me apetecía nada.

Por la noche, en la cama, debí romper la quietud del descanso con dos profundos suspiros. Me preguntó:
¿Qué te pasa ahora?
Tardé un rato en responder.
Nada, nada…
Últimamente no sé qué me pasa,
que no hago más
que suspirar.


[Ediciones Lupercalia]