martes, enero 28, 2014

Conversaciones con Billy Wilder, de Cameron Crowe


A pesar de lo mucho que me enganchan los libros de conversaciones, no sé por qué he tardado tanto en leer estos diálogos entre dos cineastas que simbolizan lo clásico (Billy Wilder) y lo contemporáneo (Cameron Crowe). Tampoco he leído aún las conversaciones entre Truffaut y Hitchcock, y eso que es uno de los volúmenes más antiguos de mi biblioteca. Supongo que hay demasiado que leer y unos títulos se van cruzando con otros.

¿Qué podemos decir de Wilder que no se haya dicho ya? Fue un maestro. Uno de los grandes. A la misma altura en drama que en comedia, aunque a mí me sacuden por dentro más sus dramas, sus primeras películas: Perdición, Días sin huella, El crepúsculo de los dioses, El gran carnaval… Pero no me olvido de una de las grandes obras de la historia de la comedia: El apartamento. Todo lo que dijera Wilder, pues, me interesa. Lo más divertido es su vena sarcástica y cascarrabias. Como cuando protesta porque Titanic ganara tantos premios. Lo más interesante, sus palabras sobre estrellas del calibre de Jack Lemmon, Audrey Hepburn, Walter Matthau, Marilyn Monroe, Gary Cooper, Shirley McLaine… Lo más instructivo, todas las lecciones que da sobre montaje, narrativa cinematográfica, estudio de personajes… Él mismo era humilde, y afirmaba haber rodado muchas películas malas. Nosotros no estamos de acuerdo.

En fin, un libro esencial para el cinéfilo, del que os dejo con algunos extractos:

Rodamos El apartamento en cincuenta días y la montamos en menos de una semana. Nos sobró un metro de película sin usar. Eso era buena señal.

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[Gary Cooper] Era un hombre muy elegante. Descuidadamente elegante, a propósito, ya sabe, no como George Hamilton. Pero era un conquistador, y tenía un truco maravilloso para relacionarse con las mujeres. Las dejaba hablar. De vez en cuando, soltaba un “¿De verdad?” o “Nunca lo había visto así”. Las escuchaba. Y ellas estaban encantadas de haber encontrado, por fin, a un hombre que les hacía caso. No uno de esos que no para de hablar, porque tiene que quedar “por encima”, tiene que “triunfar”, así que sigue adelante, y sigue, y ella le oye y piensa: “¿Cuándo se va a quedar sin aliento?”. No, Cooper escuchaba.

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Algunas comedias siguen siendo muy buenas. Por ejemplo, la suya es buena. Pero es una excepción hacer un film así. Me gusta Robin Williams… Sleepless in Seattle [Algo para recordar] (1993) era magnífica. Mi película preferida de los últimos años es Forrest Gump (1994).

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Lo que pasa es que las comedias no se toman en serio. Es muy poco frecuente que ganen un premio. Las desprecian y las consideran superficiales. Mientras que otras películas ganan sólo porque son serias.

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C.C. Ha mencionado Forrest Gump bastantes veces.
B.W. Es una película que me gustó mucho.
C.C. Dígame por qué.
B.W. [Se le ilumina el rostro]. Es muy original. Es muy entretenida. Pensé que se trataba de un ser humano muy normal, que vivía entre nosotros, que sólo tenía cierto impedimento. Forrest no era un retrasado. Era honrado, bueno, sincero… y un poco tardo. El mundo sería un lugar mejor si hubiera más Forrest Gumps. Es… muy original, ese personaje. No es estúpido. No es retrasado. Es ingenuo. Es un hombre ingenuo de treinta o treinta y cinco años. Un hombre que mira al mundo de frente. Y la visión del mundo a través de sus ojos es maravillosa, en mi opinión. Es una película sobre Estados Unidos que sólo se podía hacer en Estados Unidos. Me encanta. También me gustó mucho The Full Monty. (Sonríe). Una película magnífica sobre la vida y los sueños de gente sencilla y real, a la que no le importan un comino los ricos como nosotros. Me encantó.


[Alianza Editorial. Traducción de María Luisa Rodríguez Tapia]