A todas las personas a las que he perdido.
Y a las que perderé.
Te sostengo la mirada y no te veo,
acepto que estás frente a mí aunque no puedo tocarte.
Alcanzo a entender lo que dices
a pesar de que hace años que no me diriges la palabra.
Acepto el destino que me acompaña
a sabiendas de que acabará siendo aciago.
Un final,
aunque sea malo,
es al menos un final.
Álex Portero, Fantasmas