martes, octubre 11, 2011

Los zorros vienen de noche, de Cees Nooteboom


Cees Nooteboom reúne ocho relatos en este libro. Tienen algo en común: el recuerdo de antiguos fantasmas (viejos amores, amigos leales ya muertos, gente que ha desaparecido) a través de las cartas, de las fotografías, de la memoria… El narrador de “Paula” comienza diciendo: No creo en espíritus, creo en fotografías. Y a través de ellas rememora a una modelo de la que estuvo enamorado. En la segunda parte de ese relato, “Paula II”, es la mujer la que habla desde el más allá, la que describe la muerte y nos roba el miedo a la misma; la que dice: Todo es tan fugaz. Fugaz como nosotros mismos. Las historias recopiladas por el autor transcurren en diversas ciudades: “Góndolas”, como ya se imaginarán, sucede en Venecia. Dos o tres de los textos transcurren en localidades de España, Holanda e Italia, ya que Nooteboom es un consumado viajero. Rincones turísticos en temporada baja, viajes por Europa, amantes nunca olvidados, y sobre todo la evocación; evocación de lo que fue. Me han gustado estos relatos, y aquí dejo algunas anotaciones:

En realidad era inconcebible que la gente desapareciera sin más de la vida de uno. Deberíamos tener cientos de vidas paralelas.

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¿No era extraño que personas que se habían conocido se perdieran para siempre de vista en este mundo? ¿Que el uno no supiera si el otro vivía, a pesar de haber viajado juntos, de haber compartido experiencias?

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Hubo un tiempo en que me creí poeta, pero en realidad sólo lo soy cuando leo poesía. Lleva un tiempo descubrir eso.

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¿Desenlace? No existe. Esta es la vida real, sin nudo ni desenlace.

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¿Cómo funciona exactamente la memoria de los muertos? Sí, sé que no existe una respuesta a eso ni tampoco a la pregunta que tenía en mente formular. ¿Cómo es posible –y esa es la pregunta– que a medida que uno se hace mayor la vida se asemeje cada vez más a una ficción? No sé qué es peor, ser mayor o estar muerto. La cuestión es que tú nunca fuiste mayor y yo todavía no he muerto. 


[Traducción de Isabel-Clara Lorda Vidal]