sábado, mayo 14, 2011

Relente

Si estuvieras conmigo y yo contigo
ahora, al relente de la serena noche
que moja la baranda del balcón,
no sé qué nos diríamos, papá.
Tal vez me preguntaras por mis hijos
y yo te contaría de sus próximas bodas.
O puede que me dieras un consejo
para que nadie me engañara.
Ya ves que no es así: me han engañado.
Tú supiste bastante del odio y la añoranza,
y yo no te perdono, no puedo perdonarte
que no avisaras antes tu bellísima muerte.

Cuando suena el teléfono a deshora
no es el lechero, sabes, eres tú,
Entonces yo me ducho y lloro solo.
…………………………………..Mañana
veré tus gafas negras, convencido
de que estamos hablando de traiciones
junto a la playa. Qué baja va esta noche la marea,
cuánto me llama el mar. Y no hay respuesta.



José Luis Zúñiga, ya veo la bala en mi cabeza