Cuando eres pobre y estás hambriento
y quieres a tu perro,
compartes con él tu comida.
No hay amor como el suyo.
Cuando eres pobre y estás hambriento
y tu perro se pone enfermo,
no puedes permitirte llevarlo
al veterinario.
Así que tienes que verlo cada vez más enfermo,
ver cómo tose sangre y llora toda la noche.
No puedes pagar para mandarlo a dormir suavemente.
Así que tu tío se pasa gratis por casa
y le pega a tu perro dos tiros en la cabeza
y lo entierra en el vertedero del pueblo.
Sherman Alexie, Diez pequeños indios
Hace 1 hora