miércoles, agosto 25, 2010

Yilmaz Güney y la cárcel


Ante todo, la prisión es una institución represiva. Se trata de volver a la gente sorda, ciega, miedosa. En este sentido, la cambia. Es también un lugar que hace madurar, educa, forma a los hombres. A condición de no caer en el pesimismo, puede llegar a ser una experiencia muy valiosa. Pero es muy difícil mantener en la cárcel la salud física, moral e intelectual. Cuando se pasan cinco años en la cárcel, quedan secuelas. Pienso que no escaparé a la regla, a pesar de todos los esfuerzos que he hecho para inmunizarme. Yo también estoy marcado, aunque todavía no sé cómo se manifestará.

[Extraído del libro Pequeño planeta cinematográfico, de Michel Ciment]