Amanece con sigilo.
Juega el gato maula con el mísero ratón.
Frente al espejo soy raro y perfecto en cada brillo
Suena el coro de una ópera.
Una brisa fresca y vacua cruza
de mi habitación al baño
con lánguida desgana.
Daniela entra en casa con la prudencia de un ladrón.
La escucho preparar café
encender las luces y subir las persianas de la casa.
Late lento mi corazón entre los órganos.
Soy un espectro silencioso, quieto ante el blanco mármol.
La pila rebosa agua hirviendo.
Huele a jabón con semillas de amapola.
Me cuesta distinguir lo que pienso de lo que hago.
Sé que soy especial, alguien único entre muchos.
La molécula de agua que inicia la ebullición.
Me gusta mi vida y mi trabajo.
No hay fisuras,
soy inexpugnable.
Paolo Álvarez Correyero, El Tejedor en… Madrid
Hace 44 minutos