detrás de la iglesia había una luz no demasiado fuerte
voces que salían despedidas
un anochecer lleno de niñ@s y artistas ambulantes.
las calles se volvieron locas,
la ciudad nació como un mar de tejados rojizos
llenos de sombras
nunca hacía calor en nuestros recuerdos
pero había letras en las paredes que nos llevamos con nosotros
para siempre
como la primera vez que te miré así
o cuando se calmó todo y cogiste mi mano y me dijiste “tranquila”
y yo me acordé de la ciudad de oporto y de mis sueños
y me subí al ascensor y miré el mundo desde arriba
y lloré tanto
que los adoquines se inundaron y tú construiste
barcos con las sillas y remos con las ganas y conmigo canciones,
detrás de la iglesia se apagó la luz
tú y yo completamente a oscuras
mientras me dabas de comer una naranja
y yo llorando y los adoquines empapados
y l@s niñ@s empapados y los artistas moviéndose tanto
de un lado al otro,
poniendo vasos de lágrimas por todos los sitios
hasta que las sillas volvieron a ser mesas y los barcos besos
y tú y yo un paseo que quiere ser y va creciendo por las cuestas
y saluda a las ancianas y a las flores y se baña en las fuentes
y al fin es libre
porque al fin ES
Isabel García Mellado, Inédito (cogido de su perfil en Facebook)
Hace 1 hora