Los dos últimos meses han sido, para mí, muy complicados. Problemas familiares y laborales, viajes, recitales, presentaciones literarias, tensiones por leer en público, preparación de próximos proyectos… Tanto es así que no he tenido apenas tiempo para escribir. Salvo tres o cuatro poemas y dos o tres textos breves de colaboración, me he limitado a los escritos de este blog: reseñas, miniaturas y algunos comentarios. Por otro lado, necesitaba ese descanso, ese respiro tras tantos años al pie del cañón: casi nueve años escribiendo artículos de lunes a domingo pasan factura. La falta de tiempo ha hecho que en estas semanas no os agradeciera por correo electrónico (fiel a mi costumbre) los detalles que en las bitácoras o en facebook habéis tenido al anunciar esos recitales y presentaciones, al dar cancha a mis libros y colgar poemas o fragmentos de mis asuntos literarios, al leer junto a mí en el escenario, al acudir a los actos. No olvido a los Casimiro Parker y quienes les rodean: ya somos como una familia y espero que sigamos siéndolo. En estos días se me ha pasado daros las gracias, pero espero que no vuelva a suceder. No hace falta nombraros: cada cual sabe quién es y con eso basta. Gracias, amigos/as.
Hace 2 horas